miércoles, 3 de enero de 2018

EL LIBRO DE URANTIA o LA QUINTA REVELACIÓN EPOCAL (Segunda parte)

LA CIENCIA EN EL LIBRO DE URANTIA

Martin Gardner explicaba que su interés en la historia del Adventismo del Séptimo Día (en su juventud fue adventista por un año) lo condujo al libro de Urantia y a su literatura derivada (índices, definiciones, referencias y otros materiales útiles para estudiarlo). 

Quienes recibieron “la quinta revelación epocal” eran originalmente adventistas, sin embargo se desilusionaron de su canalizadora: Ellen G. White. Se convencieron de que las visiones divinas de White en realidad eran alucinaciones y que, además, realizaba plagios. Como una forma de aliviar su crisis religiosa, dieron crédito a las revelaciones que en 1912 comenzó a recibir Wilfred Kellog. 



En una entrada futura veremos la influencia del adventismo del séptimo día en los textos que integran el libro de Urantia y los plagios que contiene. Curiosamente, si los integrantes del círculo que comenzó a recibir estas revelaciones (Wilfred Kellog, Ana Bell Kellog, Lenna Celestia Kellog y William Sadler, entre otros) abandonaron parte de su fe debido a los plagios de White, las nuevas “revelaciones” no estuvieron exentas de éstos. 

Otra circunstancia que hizo que Gardner se interesara en “la quinta revelación epocal” fue la ciencia que contiene: “Y sobre todo, como periodista científico, me sentía fascinado por la enorme cantidad de ciencia que había en el LU. Es único en este sentido entre toda la literatura que pretende haber sido canalizada por inteligencias superiores a través de una persona, ya estuviera durmiendo o en estado de trance. La ciencia del LU es una extraña mezcla de conocimiento aceptado por los principales científicos durante los años en que el LU fue preparado, con estrafalarias especulaciones acerca de verdades o bien desconocidas por la ciencia o bien descartadas por la ciencia actual.” 

Los creyentes del LU han escrito sobre este tema y han realizado simposios en los que se ha examinado la compatibilidad entre la cosmología, la mecánica cuántica y la relatividad especial con las revelaciones divinas. 

Gardner dedica dos capítulos de su libro a examinar la ciencia en el libro de Urantia (la vida en nuestro planeta es un experimento de seres superiores, pero de eso y de la evolución de las especies según esta obra me ocuparé en otra entrada). 



Melquisedec de Nebadón –una de las entidades canalizadas- explicó que los reveladores tienen prohibido descubrir verdades científicas antes de que hayan sido encontradas por los científicos. La cita que transcribo a continuación justifica tanto las omisiones como los errores en cuanto a información científica del LU: 

Toda cosmología presentada como parte de la religión revelada está destinada a ser superada en un periodo muy corto… No tenemos la libertad para anticipar los descubrimientos científicos de mil años… dentro de pocos años muchas de nuestras declaraciones sobre las ciencias físicas necesitarán una revisión como consecuencia de desarrollos científicos adicionales y de nuevos descubrimientos. Estos nuevos desarrollos los anticipamos desde ya, pero se nos prohíbe incluir tales hechos aún no descubiertos por la humanidad en nuestros registros revelatorios… La cosmología de esas revelaciones no es inspirada. Está limitada por el permiso que tenemos para la coordinación y selección del conocimiento actual. Aunque el discernimiento divino o espiritual sea un don, la sabiduría humana debe evolucionar… 

A pesar de lo anterior, entre lo urantianos hay fundamentalistas y liberales. Los primeros tratan de demostrar que el LU no sólo no contiene errores científicos sino que, además, se adelanta a su época. Los segundos admiten la existencia de errores en la información científica. A decir de Gardner los fundamentalistas van perdiendo terreno rápidamente: “La mayoría de la ciencia del LU refleja obviamente las opiniones que prevalecían desde que comenzó la revelación hasta 1955, cuando el LU fue publicado. Como veremos, los mismos reveladores afirmaron que la ciencia del LU estaba basada en la opinión científica del momento, que se revisaría en décadas futuras. A la vista de tales advertencias, no es fácil comprender por qué los fundamentalistas urantianos se muestran tan dispuestos a defender cada afirmación científica del LU que los críticos consideran anticuada.” 

Entre los temas que no aparecen el LU están la revolución informática, la televisión, la estructura de doble hélice del ADN y la teoría del big bang. Así, cada vez que aparece algún artículo científico que pone en duda el big bang, los urantianos lo usan para respaldar la cosmología de su libro, en el que se describe la hipótesis planetesimal o hipótesis Chamberlin-Moulton. 

Vimos ya cómo pueden explicarse los errores y las omisiones. Mencioné también que hay devotos urantianos que se han ocupado de estudiar y escribir sobre la ciencia en el LU, Gardner menciona que se engañan a sí mismos en esos esfuerzos, los compara con los creyentes en Velikovsky, con los creacionistas y con los creyentes en la Biblia Oahspe (de casi mil páginas, el LU tiene 2097 páginas), quienes tratan de justificar científicamente su fe. 

Antes de continuar diré algo sobre Oahspe (O-tierra, ah-aire, spe-espíritu). Su autor fue el dentista newyorkino John Newbrough, quien decía que los ángeles dominaban sus manos mientras escribía a máquina. El libro se publicó en 1882 sin el nombre de su autor (o canalizador, si usted cree en este fenómeno). Posteriormente se publicó una edición que incluía dibujos a lápiz que Newbrough también trazó mediante canalización. Según la mitología que presenta este libro, hay un solo Dios pero millones de deidades menores. Muchos personajes bíblicos fueron rebautizados. 



Si por un lado tenemos que las omisiones y los errores en temas científicos no le quitan credibilidad al LU (quienes creen que la obra tiene información científica adelantada a la época, ¿cómo explican que las entidades canalizadas por Wilfred Kellog desobedecieran la orden de no revelar esos datos?), por el otro tenemos que hay afirmaciones que no pueden corroborarse de ninguna manera (como la existencia de otros universos fuera del alcance de cualquier telescopio o el número de mundos inhabitados). Pero aún hay más, según algunos urantianos, algunos errores (como que la Luna y Mercurio no rotan sobre su propio eje, que son 48 los cromosomas de una célula humana y que 100 es el número máximo de electrones de un átomo, entre muchas otras cosas) fueron puestos a propósito por los reveladores, como si fueran “bombas de relojería”. ¿Por qué motivo?, se pregunta Gardner. “¡Para convencer a los urantianos que no hay que caer en el hábito de venerar el LU, convirtiéndolo en un fetiche en la misma forma que los fundamentalistas han convertido en un objeto de culto la Biblia o el Corán!”, explica. 

El mismo LU (documento 88) dice que no hay que convertir en fetiche un libro sagrado: "En cuanto a los escritos fetiche acumulados que muchos religiosos consideran libros sagrados, no sólo se cree que el contenido del libro es verdad, sino también que toda verdad está contenida en el libro. Si uno de estos libros sagrados llega a declarar que la Tierra es plana, por largas generaciones los hombres y mujeres por otra parte de mente sana rehusarán aceptar pruebas positivas de que el planeta es redondo." 

Gardner hace énfasis en las respuestas de los urantianos (sus racionalizaciones) a cada objeción o duda acerca del origen celestial del libro. El LU le dedica muchas páginas a su teoría de partículas, es tan fantástica (no sólo postula una nueva partícula desconocida para los físicos sino que desarrolla detalladamente una teoría de “ultimatones”, cada electrón posee 100 de esas partículas) que Gardner consideró que de encontrarse correcta o parcialmente correcta sería un ejemplo de ciencia que no debería haber sido revelada según Melquisedec de Nebadón. Un urantiano, sobre este punto le respondió a Gardner que de ser falsa, los autores del LU no habrían desobedecido la orden, no habrían violado la prohibición de revelar ciencia “no merecida”. 

Gardner muestra el parecido de los textos del LU con textos de divulgación de aquella época (como The Universe Around Us de James Jeans), concluye que la disposición de las frases es tan parecida que no puede tratarse de una coincidencia. Diversos urantianos admiten que los textos de ciencia del LU son citas casi literales de diversos documentos de esa época, lo cual racionalizan diciendo que los seres celestiales tenían prohibido dar a conocer cosas aún desconocidas para la ciencia de la Tierra pero tenían el permiso de usar documentos de ciencia del momento aunque estuviera equivocada (recordemos las bombas de relojería). 



Algunos de los urantianos, como prueba científica a favor de las revelaciones, mencionan datos científicos contenidos en el LU y que se confirmaron después de 1934, es decir, piensan que los documentos canalizados nunca fueron modificados después de esa fecha (recordemos que las revelaciones se dieron de 1912 a 1934 y que el libro se publicó finalmente en 1955). Sin embargo, Gardner dice que “Existe una gran evidencia de que los documentos fueron continuamente corregidos y revisados por Sadler y posiblemente por otros miembros del Forum, y de que él mismo escribió algunos de ellos bajo la convicción de que había sido divinamente ‘autorizado’ para hacerlo.” La teoría atómica del LU muestra que los textos sí se modificaron entre 1934 y 1955, ya que se menciona el mesón o mesotrón (los físicos trabajaron en esta partícula entre 1935 y 1937). No todos los documentos fueron corregidos después de 1934, sólo aquellos menos conocidos. 

Como mencionaba más arriba, a pesar de las advertencias del mismo LU, hay urantianos fundamentalistas. Uno de ellos dice que nunca ha conocido a alguien que trate al LU como a un fetiche y, sin embargo, entre la ciencia del ser humano y la ciencia revelada se queda con esta última porque no cree que los supermortales puedan dar información falsa. Gardner dice que ese urantiano es ciego a su propio fetichismo. 

Algo similar sucedía con el psiquiatra William Samuel Sadler, cuñado del canalizador, quien –como mencioné en la entrada anterior- creía que ciertas experiencias psicológicas causaban visiones y creaban cultos o sectas al tomarlas por ciertas, a los casos de escritura automática les dio una explicación psicológica, incluso en su libro The Truth About Spiritualism defendió que el espiritismo era un fraude. Con las siguientes palabras, que son de la obra mencionada, Sadler se refirió a las revelaciones de las sesiones espiritistas, pero fue incapaz de ver de la misma forma las del LU: 

Si los espíritus fueran tan sabios ¿por qué nunca han susurrado los principios de alguna nueva y grande invención a los médiums? ¿Por qué nuestras invenciones médicas se han originado todas ellas en los cerebros de los genios de nacimiento, o se han resuelto gracias al persistente tesón de hombres como Thomas A. Edison? Qué cantidad de tiempo y trabajo se ahorraría si los secretos del telégrafo sin hilos, o los principios de motor de gasolina de combustión interna hubieran sido transmitidos en una sesión de espiritismo. ¿Por qué estos espíritus no encarnados y seres espirituales del espacio invisible, si es que en verdad están interesados en la raza humana, no susurran a los médiums la curación para el cáncer, el remedio para la parálisis infantil o el método más satisfactorio para tratar la neumonía? 



A lo que Gardner añade en uno de los capítulos finales: "Ningún converso se vuelca tanto a una nueva religión como el que abandona la fe de su niñez. Sadler es un buen ejemplo de ello. Educado como adventista del Séptimo Día, tardó varios años en desencantarse de Ellen White y de su iglesia. De alguna forma intentó romper con todo eso. Lo trágico y lo cómico de su vida, esos aspectos que hacen tan fascinante su compleja personalidad, es el hecho de que sustituyó su fe en la hermana White con una fe más extraña incluso. Escéptico al principio, se hizo la luz en su mente y se encontró a sí mismo dentro." 

Al parecer, después de la muerte de su esposa Lena, hubo un cambio en la personalidad de Sadler, de ser un completo escéptico de la canalización, creyó en la experiencia de Wilfred. Por ello es que no debe verse a Sadler como un cínico que manipulaba a su antojo los escritos que canalizaba su cuñado, Gardner lo considera un megalómano convencido de que podría dar al mundo detalles desconocidos sobre la vida de Jesús. Así, fue Wilfred Kellog quien canalizó los escritos básicos, pero Sadler los modificó y amplió convencido de haber sido también elegido por estas entidades celestiales para ser el portador de la quinta revelación epocal. Escribió Gardner: “Más pronto o más tarde, estoy convencido, los urantianos tendrán que enfrentarse con el hecho de que Sadler fue uno de los autores del LU.” ¿Qué documentos “canalizó” Sadler (no uso la palabra de forma literal, Sadler no experimentó ese fenómeno)?, ¿en que documentos se ve su mano? Próximamente contestaré estas preguntas. 

Como vimos a lo largo de estas líneas, a Gardner le intrigaban las estructuras mentales de los verdaderos creyentes.

Primera parte aquí

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