En el ensayo de Angélica Tornero se hace un recuento de diversas obras que se remontan a El tercer Fausto de Salvador Novo. Tornero continúa con otros autores hasta llegar a Arturo César Rojas. Escribe Tornero: “En 1983 se presentó la primera y única novela de ciencia ficción homosexual llamada Xerödnny: Donde el gran sueño enraíza, de Arturo César Rojas, con el seudónimo de Kalar Sailendra”.
En el número cinco de este fanzine (abril de 1997) publicaron Aztlán
En este fanzine (1997) publicaron La risa divina
Con El que llegó hasta el metro Pino Suárez (se puede leer aquí), César Rojas, en 1986, se convirtió en el rey sin corona del Premio Nacional Puebla de Cuento de Ciencia Ficción, ya que el jurado lo declaró desierto (supuestamente porque los trabajos eran pobres en su tratamiento de temas científicos o de vanguardia y remitían a obras ya consolidadas en el género, ver aquí la página 142; aunque hay quien considera que no se le dio el premio a César Rojas por el uso de “palabrotas” en su cuento).
El protagonista de La cara del destino. El México gay antes del terremoto de 1985 de Gonzalo Valdés Medellín desea escribir un ensayo sobre la historia de la litertura gay en México. Así, el joven tiene claras sus ideas acerca de la existencia de la cultura gay, la literatura gay, la temática gay y los lectores homosexuales. Muy interesantes resultan sus reflexiones sobre la literatura y la estética de “lo homosexual” en México (que podría abordar en otra entrada).
En las notas que el personaje escribe para su libro de la literatura gay podemos leer la diversidad de obras a considerar. En la página 141 menciona a Arturo César Rojas:
Volviendo a la literatura, otro libro de tema homosexual que llama mucho la atención y que también ha publicado Panfleto y pantomima es Xxyëröddny, donde el gran sueño se enraiza, que “firma Kalar Sailendra”, pseudónimo de un joven egresado de la carrera de Letras Francesas de la UNAM: Arturo César Rojas, y que está llamada a ser la primera –y hasta ahora única- novela de ciencia ficción homosexual.
En la página 237, leemos una nota (dividida en tres partes):
Es importante señalar el surgimiento del joven autor Kalar Sailendra (1955), cuya novela Xxyëröddny, donde el gran sueño se enraiza nos revela a un escritor que busca nuevas formas de expresión dentro de la literatura gay.
Xxyëröddny, donde el gran sueño se enraiza es ciencia ficción, es epopeya, más no estamos ni ante el Copi de La guerra de las mariquitas, ni ante un Homero cholo, es sólo un escritor que compulsivamente trastoca el cuento de La bella durmiente (relato oral europeo que inmortalizaran tanto Charles Perrault, como los Hermanos Grimm en versiones distintas) y ubicándolo en un contexto interplanetario y de ciencia ficción, jugando al anverso de la trama, en un viaje intergaláctico homosexual hacia Xxyëröddny, Planeta del Sueño.
Descendiente directa de los Cantos de Maldoror de Lautrémont, de Las once mil vergas de Guillaume Apollinaire, del Téleny de Oscar Wilde e insuflada por Fundación (1951) y Lucky Starr (1952-1958) de Isaac Asimov y la película La guerra de las galaxias (1977) de George Lucas, Xxyëröddny, donde el gran sueño se enraiza y partiendo de la anécdota de La bella durmiente, es una novela fundacional dentro del terreno de la ciencia-ficción, como ciencia ficción de temática homosexual, que quizá en el siglo XXI —más allá del año 2000— habrá de ser plenamente valorada y entendida. No obstante, bien vale subrayar lo que del autor de Xxyëröddny… ha escrito Luis Zapata: "Kalar Sailendra emprende el relato de una aventura que es, también (y quizá primordialmente) una aventura del lenguaje, apoderándose de los recursos poéticos de la época; así la aliteración invade la prosa en una vocación continua de las resonancias del verso. El autor, con una habilidad narrativa vigorosa y lúdica, encuentra siempre el adjetivo inusitado, la imagen rotunda, dando a su escritura un ritmo frenético y obsesivo, caracterizado en todo momento por el exceso".
A continuación (en la segunda parte de la nota) se compara el incesto homosexual en la obra de Sailendra y en Los gallos salvajes de Hugo Argüelles. Costumbre mediante la que, según algunos pueblos indígenas mexicanos, puede adquirirse madurez, sabiduría y virilidad.
Después de explicar lo anterior, continúan las notas: “Sailendra es un autor con tintes de autenticidad enraizada a la estela del sueño, ese sueño de la vida que se enraiza además a la locura. Su mundo es el mundo de lo fantástico, su escritura la de la vanguardia, su punto de partida, la marginalidad. Su aspiración: el conocimiento del ser homosexual.”
La tercera parte de la nota continúa con ejemplos que demuestran la existencia de la literatura y estética de lo homosexual (aquí no se menciona Xxyëröddny…).
En la cuarta y última parte vuelve a mencionarse la obra de Sailendra:
La nueva concepción del mundo está a punto de surgir, una concepción cimentada en el terror, la degradación y el asco, ante lo cual la asunción de la condición homosexual capaz de vertirse a través de la obra artística es un remanso de esperanza y esto nos lo dicen dos libros homosexuales recientes: La guerra de las mariquitas del irreverente escritor y dramaturgo argentino Copi (Raúl Damonte Taborda) y el ya multicitado ... donde el gran sueño se enraiza.
La era atómica se verá echada de lado por el hombre nuevo: el hermafrodita, ser que en conjunción desbocada, arraigará destrucción, ternura, pasión, sexo y carnalidad.
Nos acercamos al reencuentro con la pansexualidad y mientras tanto, el amor de un hombre por otro (o de una mujer por otra) constituyen el ejercicio de amor perfecto, como puede ser la perfección amorosa de un hombre por una mujer, porque lo que importa es amar, porque el amor es una categoría universal, porque el amor, dice el poeta mexicano Elías Nandino "no tiene sexo, tiene amor"...
Porque sólo el amor salva a la humanidad devastada.