miércoles, 29 de septiembre de 2010

Invitación para los amantes de la ciencia ficción

La Universidad Autónoma Metropolitana tiene ya listo su programa para Octubre, mes de la ciencia y la tecnología.

Este año lo dedicará a la nanotecnología y sus aplicaciones. Habrá conferencias, exposiciones y talleres.

Para más informes dar clik aquí.

En el metro se llevarán a cabo conferencias en el auditorio del pasaje Zócalo-Pino Suárez y en el vestíbulo del Túnel de la ciencia.

El viernes 15 de octubre, a las cuatro de la tarde, en el vestíbulo del Túnel de la ciencia (metro La Raza, línea 5) daré la conferencia Lo sagrado en la ciencia ficción.


¿Cómo ha sido presentado Dios en las novelas y cuentos de ciencia ficción? Pues es lo que trataré de responder

lunes, 27 de septiembre de 2010

Cayó en mis manos...

Me encanta husmear en fanzines y revistas… ¿Qué material extraño, extraordinario o genial he encontrado?

Como la ciencia ficción es la neta del planeta (una de las cosas más chingonas que existen) pues comento dos números de Revista de revistas.

El número 4149 lo dedicaron a la ciencia ficción. Salió a la venta el 4 de agosto de 1989, yo no lo compré ese año, en realidad cayó en mis manos allá por el 2008 (bueno, el año no importa), lo encontré en el bazar que se pone a las afueras del metro Balderas, a un costado de la Biblioteca José Vasconcelos; en dicho bazar venden libros, discos, fotografías, cómics y revistas atrasadas, o sea, tesoros de todo tipo.


Esta revista (fundada en 1910 y que ya no se publica) abría con caricatura política, tenían una sección llamada "Horroróscopo", en ésta se hacían breves comentarios sobre los acontecimientos políticos y socales del momento (tengo entendido que al principio sí se publicaban horóscopos, pero el periodista Mario Méndez Acosta -colaborador de la misma, como veremos- afirmó que una revista seria no podía publicar semejantes tonterías, así que se modificó de la forma señalada), Méndez Acosta tenía una sección llamada "La historia según boletines", donde, de forma humorística y a manera de noticia reciente comentaba algún episodio de la historia, también publicaban notas y análisis sobre la situación del país. Cada número trataban un tema en especial.

Este número lo abrió Raúl Gómez Miguel con un texto dedicado a Edgar Allan Poe, Alfredo Cardona Peña publicó parte de una entrevista que le hizo a Ray Bradbury, Mario Méndez Acosta escribió sobre el sexo en la ciencia ficción, Luz de Lourdes Calzada colaboró con una lista de escritoras de ficción científica, Sergio Berlioz publicó un texto sobre la ciencia ficción y la música, Ivette Estrada escribió sobre el Premio Puebla de Ciencia Ficción, finalmente Federico Schaffler nos informaba de la filmografía más o menos básica.

Transcribo algo de lo que Alfredo Cardona Peña y Ray Bradbury platicaron:

-¿Cree usted que se debe usar un lenguaje tecnológico? -Pregunta Cardona Peña.
-No lo creo.
-¿Se necesita, entonces, más imaginación que terminología?
-Más imaginación, desde luego.
-¿Y la poesía?
-La poesía nunca debe faltar. Pero, sobre todo, deben interesar las ideas y luego un mensaje constructivo. En otras palabras, debemos preguntarnos: "¿Qué hacemos con las máquinas?" Si una máquina nos presenta la tentación de hacer el mal, debemos pensar la manera de volver a construir esa máquina para que nos presente la tentación de hacer el bien.
-¿Qué fue lo primero que usted escribió?
-Un relato titulado Los señores de la guerra de Marte, siguiendo el estilo de Edgar Rice Burroughs, creador de Tarzán.
-¿Qué edad tenía usted?
-Doce años.
-¿Le ha interesado la literatura infantil en el terreno de la ciencia ficción?
-Mucho. He descubierto que, sin darme cuenta, lo que he estado escribiendo ha sido literatura para niños. Así es que ahora llegan a pedirme autógrafos filósofos de once años y muchachitos de noventa.


Mario Méndez Acosta dedicó su sección La historia según boletines a Julio Verne.


NANTES, Fr., 1838. Las autoridades del liceo elemental de esta ciudad han convocado de urgencia a los padres del pequeño Julio Verne, alumno del tercer año de la escuela primaria, quien ha causado gran alarma entre sus maestros y compañeritos a causa de los enfermizos excesos de su desbordada imaginación y alarmante mitomanía.

Así, el joven Verne les ha imbuido a sus condiscípulos nociones fantásticas y dañinas como la de que el ser humano podrá algún día volar por los aires a voluntad, a bordo de máquinas infernales y absurdas.


También ha asegurado este muchacho que los viajes a la Luna se convertirán en recorridos rutinarios, efectuados en enormes naves espaciales, donde los pasajeros podrán reservar un cómodo camarote para cruzar el vacío con toda comodidad.


El loquito Verne ha manifestado a sus profesores que, algun dìa, portentosas naves submarinas recorrerán los océanos por debajo de su superficie y ¡hasta alcanzarán el Polo Norte, navegando bajo los hielos del Artico!


Ante esta lamentable situación, se ha convocado a una junta de sicólogos, pedagogos y preceptores espirituales para determinar qué hacer con el joven embustero.

Se ha propuesto, por lo pronto, recluirlo en una institución de enseñanza especial hasta que deje de ser objeto de esos extraños paroxismos y delirios. En este lugar, se le aislará de todo estímulo externo y se le proporcionará una dieta reducida, para adormecer su enfermiza imaginación hasta que se transforme en un jovencito común y corriente, sin malas inclinaciones, de provecho para la sociedad y que ya no ande por allí diseminando ideas desquiciantes entre sus compañeritos de juego.

P.D. Verne tuvo que aprender a callarse la boca y a guardar sus visiones hasta llegar a la edad adulta.


Los marcianos llegaron ya...

El número 4444 (que salió a la venta en septiembre de 1996) se le dedicó al escritor Herbert George Wells, autor de La máquina del tiempo (1895), La isla del doctor Moreau (1896), El hombre invisible (1897), La guerra de los mundos (1898) y Los primeros hombres en la Luna (1901), entre otras obras.


Se publicaron once textos en los que se habló de su vida, de sus romances, de su obra y de su herencia. Destaca el artículo en el que se explica el asunto del pánico ocasionado -el domingo 30 de octubre de 1938- por la dramatización radiofónica de La guerra de los mundos que llevara a cabo Orson Welles, de 23 años en ese momento. Muchas personas creyeron que, efectivamente, los marcianos estaban invadiendo la Tierra. Y eso que se advirtió al inicio del programa que se trataba de una ficción. Marta Anaya explica:

Dos minutos antes de que terminase el programa la Associated Press envió una nota a todos los periódicos y revistas avisando que se trataba sólo de una novela, o de una adaptación radial. No había por qué inquietarse. Sin embargo, The New York Times recibió esa noche 875 llamadas por teléfono.

En el último minuto de la transmisión Orson Welles con típica ironía simplemente dice: "Después de todo la CBS no ha sido aniquilada.'"

Al día siguiente estalló la indignación. Creo que si se hubieran encontrado a Wells en plena calle lo hubieran apedreado. La Comisión Federal de Comunicaciones no pudo hacer nada en contra del programa. Se habían hecho todas las advertencias necesarias.

¿Quién iba a pensar que un simple locutor podría provocar un escándalo a nivel nacional con semejante programa y, sobre todo, con tan poca audiencia?

Pero el humor no podía faltar.

Orson Welles recibió el premio anual que otorgaba la Brown University a 'aquellos individuos que mejor demuestren a los espectadores americanos lo tonto que son'. Y Welles recibió el premio: un caramelo.

Herbert George Wells, autor de la novela La guerra de los mundos, mismo nombre con que se presentó la emisión por radio, denuncio desde Londres que la adaptación de su libro era incorrecta. Que estaba totalmente tergiversada.

El artículo incluye un resumen del libreto.

Mario Méndez Acosta dedicó su sección "La historia según boletínes" a Wells.


LONDRES, Ing, 1900. Como excesivamente imaginativa ha sido recibida la más reciente novela del joven y prestigiado autor H. G. Wells. Se trata de una secuela de su exitoso relato titulado "La máquina del tiempo", sólo que en esta ocasión el viajero sale de territorio británico y examina lo que ocurrirá en el futuro en otras naciones lejanas.

Así, el personaje llega al exótico y hospitalario país conocido como México, en donde desciende en el año de 1913. Sin embargo, en esa isla de estabilidad y progreso resulta que el protagonista aparece en medio de una batalla campal, con todo y artillería pesada, que se libra en el centro de la capital en un conflicto que se denomina "La Decena Trágica". Horrorizado, el viajero huye hacia el futuro, para ir a dar otra vez a esa metrópoli en 1968, cuando ¡otra vez hay un conflicto terrible, que se libra alrededor de un lugar llamado Tlatelolco!

A duras penas, el viajero en el tiempo logra escapar de una pieza y huye de nuevo al futuro, hacia 1996, donde viene a caer en medio de un gigantesco embotellamiento de miles de vehículos motorizados, que no pueden moverse ya que un puñado de indignadas personas protestan por el excesivo vuelo de las moscas, bloqueando para ello las vías de mayor circulación.

A punto de partir, el viajero es interceptado por un vehículo lleno de uniformados que le gritan por un altavoz: "A ver, ése de la maquinita rara, ¡oríllese a la orilla!" Después se le acerca uno de ellos que le dice que no trae la verificación más reciente y la tenencia y que por ello está en grandes problemas. Por fortuna, todo se arregla al entregarles a estos personajes un par de soberanos de oro.

Todos estos acontecimientos en verdad resultan demasiado jalados de los pelos, por lo que sus editores le han recomendado al señor Wells que no publique este libro.

P.D. Siempre, el verdadero futuro es totalmente inesperado.

martes, 21 de septiembre de 2010

Eterno retorno...

Mil demonios descansando. Todos ellos aburridos del juego aparentemente interminable.

Sé que la paz de la que ahora gozo pronto llegará a su fin.

El respiro, mi respiro no es eterno.

Despertarán. En cualquier momento. Despertarán y nada podré hacer para detenerlos, para enfrentarlos.

Entonces volveré a ser objeto de sus burlas, de sus bromas.

Entrarán en mi mente. Lo veo con claridad. Así son ellos.

Y a continuación...

Correré y gritaré y morderé mis puños hasta sangrar y giraré sobre mi propio eje hasta caer agotado y vomitaré y comeré mi vómito.

Romperé toda clase de objetos. Blasfemaré. Quemaré mis ropas.

Pediré ayuda a mi padre y a mis hermanos. Y cuando me explique, cuando exponga la razón de mi conducta, de mi sufrimiento, nadie me creerá.

Como última y desesperada medida hablaré con los demonios.

Lloraré pidiendo piedad. Suplicaré que me dejen en paz. Y escucharé sus risas hasta que, cansados de tanto sinsentido, vuelvan a dormir.

Así, tendré otro momento de paz.

Pero la paz no será eterna.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Confesiones de un escéptico


Cuando en 1991 Nino Canún decidió llevar a cabo debates acerca de los OVNIs en su programa “¿Y usted qué opina?” (primero en radio y luego en TV) Óscar García era un adolescente. En aquel momento decidió unirse al equipo de Jaime Maussán, posteriormente se uniría al equipo de investigadores de la Sociedad Mexicana para la Investigación Escéptica.

García tuvo una intensa actividad ufológica: investigó reportes de aterrizajes, casos fotográficos, entrevistó investigadores de varios países, también investigó supuestas apariciones de la Virgen María, etc. Fue uno de los editores de la revista Perspectivas Ufológicas, su trabajo también pudo leerse en la revista Duda (Editorial Posada), llegó a dirigir la revista Contacto OVNI.

La mejor época de esta última revista fue precisamente cuando la dirección estuvo en sus manos, y no podía ser de otra forma, pues ha sido uno de los más inteligentes ufólogos que ha habido en nuestro país. Sobre ese momento Luis Ruiz Noguez recuerda: Oscar García, quien llegó a dirigir la revista, recibía los artículos de los ufólogos y me preguntaba si tenía algo al respecto (para publicarlo). Eso estaba excelente, muy divertido, pero hubo golpe de Estado. Se reunieron los ufólogos y hablaron con el dueño, le dijeron “¿de qué se trata? esta es una revista de ovnis y está dirigida por escépticos, si no los corres nosotros nos vamos y la revista se va a caer”. Y no es mentira, pregúntale a cualquiera de ellos, a Mario Torres, a Luis Ramírez, a cualquiera de los que escribían. De cualquier forma tenían razón, no creo que la revista se hubiera caído, pero tenían razón en el sentido de que era una revista de ovnis y estaba dirigida a personas que creían en ovnis, y nosotros desmentíamos a los ufólogos.
Además de los OVNIs, a García le interesaba la divulgación de la cultura, la reflexión y la inteligencia. Prueba de ello fue la revista Planeta X, en la que logró reunir un importante equipo de colaboradores. Aquí puede leerse lo que Alejandro Agostinelli escribió sobre Óscar.

En el número 22 de la revista Contacto OVNI –mismo que salió a la venta en octubre de 1996- García publicó sus reflexiones acerca de la labor de los ufólogos.


El Objeto Ufológico Permanente
Por Óscar García
Para Luis Ruiz Noguez y Magdiel Poot

Durante más de diez años he investigado casos de OVNIs. Actualmente tengo veintitantos años y, aunque aún soy joven, he investigado personalmente cientos de reportes y he viajado a diversas ciudades tanto de México como de Estados Unidos (y algunas de Europa) buscando siempre información nueva al respecto.

Mi postura y opinión hacia el tema de los OVNIs ha levantado polémica desde que decidí dar un jirón hacia la investigación ufológica racional. Antiguamente había sido un firme defensor de la idea extraterrestre, pero actualmente yo no defiendo nada, simplemente no afirmo hasta no contar con pruebas. La polémica se debe en gran mediada a que mucha gente tiene la confusión de si soy escéptico o creyente, y es común que se haga esa maniqueísta diferenciación. Y más común que el término escéptico sea utilizado de un modo peyorativo, como si los escépticos fueran un grupo de personas que como único fin tienen negar los casos OVNI a priori...

                                               García en el programa ¿Y usted qué opina?

Lo cierto es que el escepticismo es simplemente la sana duda ante todo. Uno debe ser escéptico siempre. TODOS debemos ser escépticos. Uno debe dudar siempre de todo, porque este mundo, lo queramos o no, está lleno de engaños; sean mal intencionados o no, eso es lo de menos... Y creo que si fuéramos un poco más escépticos y desconfiáramos más de las afirmaciones sin respaldo que se gritan como verdades, menos gente nos engañaría, quizás no habría crisis económica. Una muestra del engaño perfecto es el gobierno de México, el sexenio salinista y, para no alejarnos del tema, también lo son muchos casos OVNI que se presentan con bombos y ahora sí que con platillos.



MANTENER LOS CASOS NO-RESUELTOS

Soy investigador de Objetos que Vuelan y el testigo No puede Identificar. Y si me preguntan si soy escéptico o creyente, entonces tengo que inclinarme por la posición del escéptico, porque la creencia es una cuestión de fe y la postura de los defensores de la hipótesis extraterrestre es constantemente una cuestión de fe. Y no porque le recen a los extraterrestres (aunque haya quien lo haga) sino la fe entendida como una creencia ciega sin bases ni evidencias. Y este debate es común; ¿cómo llamar correctamente a los ufólogos? Yo creo que debe nombrárseles de diversas maneras (porque además hay de diversos tipos):

Hay, por ejemplo, los promotores de extraterrestres, también la contra, es decir los negadores, también hay los escépticos o dudosos y los creyentes que en vez de realizar investigaciones o documentarse al respecto para buscar alternativas racionales a las explicaciones (para tratar de identificar lo no identificado, cual buen detective), tratan de NO encontrar explicaciones. Es decir, creen que su trabajo es mantener los casos NO-resueltos y, mientras más enigmático el asunto, mejor. No van a investigar buscando respuestas sino intentando encontrar datos que reafirmen sus creencias y su convencimiento de que los OVNIs son naves extraterrestres tripuladas... Y eso es un prejuicio.

Portada del número cinco de Planeta X.

Ahora, usted me puede preguntar; ¿pero también sería un prejuicio pensar que no son extraterrestres? Y la respuesta es NO, porque quien hace la afirmación extraordinaria es quien debe mostrar las pruebas extraordinarias... Si yo digo que los cuervos blancos existen yo lo tengo que demostrar porque lo estoy afirmando. Y efectivamente también me pueden demostrar que no es cierto, pero no tienen por qué hacerlo, aunque puedan: porque para demostrarlo tendrían que cazar a todos los cuervos del planeta para así demostrarme que no existen los cuervos blancos, lo cual es posible pero llevaría un trabajo tremendo y un gran esfuerzo.

El modo más fácil de resolver un problema es tomando la solución más directa, corta, rápida y, sobre todo, la más racional... Y decir que los OVNIs son naves extraterrestres es darles una explicación irracional porque, ¿por qué afirmar que son naves extraterrestres si por discriminación no hemos demostrado antes que pueden ser cualquier otra cosa de las miles que hay en el planeta? ¿Por qué nuestros conocimientos y nuestra capacidad de identificación no nos pueden determinar qué es lo observado?

Nadie es conocedor de todo en este mundo y por lo tanto ante un avistamiento uno debe confesarse incapaz de determinar lo que se observa y humildemente decir: “no sé lo que es” y no decir que ese OVNI era una Nave Extraterrestre... Aunque el hecho de que uno no sepa qué es lo que se está observando no quiere decir que no haya alguien que sí sepa de qué se trata... Un meteorólogo que no puede identificar un objeto que está avistando en el cielo no tiene por qué ser infalible como tampoco un piloto pues, por ejemplo, existen una cantidad de trastornos mentales que, en determinado caso, podrían producir alucinaciones, hay también espejismos y cosas por el estilo que su especialidad no abarca y ellos no tienen por qué conocer... entonces en el mundo y en la naturaleza y en nuestra mente, ocurren una cantidad extraordinaria de fenómenos, es decir de “cosas que ocurren”, y para decir que lo observado es un NO identificado primero el reporte debe pasar por todos estos filtros. Si el caso se mantiene inexplicado es eso: Un Inexplicado, un No Identificado; más no una Nave Extraterrestre...

Óscar García y Luis Ruiz Noguez fueron los responsables del número especial sobre la supuesta autopsia extraterrestre que publicó la revista Contacto OVNI (para más información ver aquí)

ERRORES CON LAS PALABRAS

Sin embargo es común creer que los OVNIs son naves extraterrestres y eso es un error. Uno puede estar convencido de que los Objetos No Identificados son Naves Extraterrestres y puede decirlo (la libertad es de todos) pero debe antes aclarar que se trata únicamente de una creencia, de una cuestión personal de fe, más no de un hecho. Uno puede decir “yo creo que ese caso reportado es una nave extraterrestre” más no afirmar “es una nave extraterrestre” porque la afirmación requiere de demostración, y si quien afirma cree que sus “pruebas” son cosas tales como fotos o videos, se equivoca; porque esas “pruebas” de ningún modo son válidas pues lo único que demuestran (en el caso de no ser trucadas) es que se ha filmado ALGO, un objeto que no se sabe qué es: y punto...

Yo, por ejemplo, puedo afirmar categóricamente que los OVNIs existen (y de hecho estoy convencido de ello) pero eso es un hecho demostrable porque hay Fenómenos y casos de Objetos que vuelan y no sabemos lo que son: Eso es comprobable, demostrable; en cambio yo no puedo afirmar que las Naves Extraterrestres existen... Y hay que diferenciar muy bien, porque una cosa es no creer que los OVNIs son naves extraterrestres y otra muy diferente afirmar que la posibilidad de vida en otra parte del universo no es posible.

¿Entonces afirmo que sí hay extraterrestres? No, yo no AFIRMO, yo no afirmo nada sin tener pruebas y de eso no tengo pruebas, por lo tanto lo que digo es que ES MUY POSIBLE, por los datos, que haya vida extraterrestre: Nótese cómo dogo: “Es muy posible” mas no “hay”, ¿me explico?... Las palabras son maravillosas y uno comete errores constantemente con ellas. Así que yo creo que hay una gran posibilidad de que haya extraterrestres pero sí afirmo que HAY objetos que vuelan y no sabemos qué son, que HAY casos de personas honradas que, psicológicamente, están convencidas de haber sido secuestradas por ET’s y haber sido llevadas a bordo de una nave, que HAY otras personas que de repetir una y otra vez que han sido contactadas, y han sido llevadas a viajar al espacio con sus amigos extraterrestres, finalmente se convencen a sí mismos, en su consciente, de que eso es verdad, pues, como todos sabemos, una mentira, de tanto repetirse, se termina por creer: mas no por convertirse en verdad... Y la verdad es un hecho que únicamente es afirmable cuando es demostrable.


Entonces hay que dejar muy claro que hay posibilidades de que estos fenómenos ocurran... Y aunque ocurrieran, de ningún modo yo puedo (ni tengo por qué) relacionar una cosa con otra, pues que haya OVNIs nada tiene que ver con una señora que afirma haber sido abducida: ¿Qué nos permite relacionar tales reportes aislados? ¿Que la señora reportó un objeto antes de sentir que era llevada dentro de una nave? ¿Por qué pensar que estos hechos tienen relación? ¡No tiene sentido!, es como si a mí me secuestran unos ladrones y yo lo asocio con la canción que estaba puesta en mi auto en el momento del secuestro... Una cosa nada tiene que ver con la otra.


POSIBILIDADES DE VIDA ET

Hay posibilidades de que existan extraterrestres y vengan aquí... Posibilidades quizás mínimas pero, a fin de cuentas posibilidades. Porque uno nunca debe estar cerrado a eso, a las POSIBILIDADES... Y quizás ese hecho es lo que siempre mantiene nuestras esperanzas, pues del tamaño de las posibilidades es el tamaño de la esperanza... Yo, por ejemplo, creo que hay una pequeña posibilidad de que algún día el PRI pierda las elecciones y entonces tengo la esperanza de que exista una verdadera democracia en México.

Entonces sí existe la posibilidad, aunque sea mínima, de que haya extraterrestres y puedan viajar distancias inimaginables, entonces tengo la esperanza de que algún día haya pruebas de que hay naves extraterrestres en la tierra, volando sobre nuestros cielos. Pero hasta entonces únicamente soy un ufólogo escéptico y un ufólogo es un investigador y un investigador debe solucionar casos y no NO solucionarlos... Pues es como si a un detective le ovacionaran no resolver los casos... Por eso cada vez que encuentro una explicación satisfactoria a un reporte me siento sumamente contento, porque cumplí con mi trabajo de investigador, tal y como lo haría Sherlock Holmes.

Entonces el mejor modo de llamar a mi trabajo es como de “Ufología Duditativa o Escéptica”... pero ¿qué pasaría si un día obtuviera una prueba de que esos Objetos No Identificados son efectivamente Naves Extraterrestres?

Lo diría, por supuesto. Pero claro que lo gritaría a mil voces y yo sería el primero en estar feliz y demostrarlo, porque el día que me convenza es porque voy a tener una PRUEBA que podrá demostrar mi afirmación, porque si no no sería una prueba...



Me explico. Como afirmar que los OVNIs se pueden identificar como Naves Extraterrestres es algo sumamente extraordinario, mi prueba debe ser así de extraordinaria... esta sería tan extraordinaria que nadie podría negarla. No me pregunten cuál, porque puede haber miles, tantas como objetos y conocimientos diferentes (a los que hay en este planeta) traigan los viajeros de otro...


DESDE KENNETH ARNOLD

Sin embargo en estos casi 50 años de ufología no hay nada, y por eso mi trabajo es identificar a los OVNIs uno por uno, pues si en verdad son Naves Extraterrestres entonces es muy posible que algún día aparezca esa PRUEBA que tanto se busca.

Mi amigo, el ufólogo Luis Ruiz Noguez encontró el hilo negro y nombró a esa “prueba perfecta” El Objeto Ufológico Permanente. Eso es lo que Luis Ruiz, yo y muchos otros ufólogos racionales actualmente buscamos. Sin embargo, hoy dudo mucho que lo haya, porque con el tiempo que he estado metido y obsesionado día tras día por este tema he descubierto muchas cosas...

Hay gente que piensa que yo dejé de creer en extraterrestres porque me decepcioné de los argumentos efímeros. La verdad es que yo dejé de tener fe en que los OVNIs eran naves extraterrestres cuando comencé a sembrar una semilla de razón en mi mente y luego me di cuenta que los Platos Voladores no podían existir, porque al agarrar el problema de raíz con lo primero que uno se topaba es con que el reporte que da nacimiento a los Platos Voladores ni siquiera es un reporte de Platos Voladores, sino simplemente un error periodístico. Porque Kenneth Arnold nunca vio objetos con forma de Plato Volador, y eso uno lo puede comprobar fácilmente leyendo su testimonio inicial y mirando los dibujos que hizo de lo que observó. Los objetos tenían una forma como de boomerang como de “ala voladora”, y Arnold dijo que SE DESPLAZABAN como cuando lanzas un PLATILLO sobre el agua. Cuando mencionó la palabra PLATILLO se refería al movimiento y no a la forma. El periodista que oyó su descripción, quien se llamaba Bill Baquette y trabajaba en la Asociated Press, entendió mal a Arnold y publicó que los objetos tenían LA FORMA de PLATILLOS VOLADORES, mas no el movimiento. La duda racional es simple. ¿Por qué la gente comenzó a reportar objetos con forma de platos soperos o pasteleros volando en el cielo?, ¿quién se acopló a qué?... ¿Los testigos a lo descrito por Baquette o los extraterrestres rediseñaron sus naves para ensartar en el error del periodista? La respuesta es obvia, y es sumamente simple...

Entonces es ese tipo de cosas las que uno se encuentra cuando se aborda el tema sin prejuicios y únicamente buscando la verdad. Y así uno se convence que los Platos Voladores son un error periodístico pero que los OVNIs son algo real. Claro: son Reales Objetos que Vuelan y No Sabemos Qué Son... Pero ¿quién es quien no sabe qué son?: El espectador. Y el espectador es una persona que al definir lo observado como OVNI, se está declarando incapaz de identificar lo que observa, y luego llega el investigador que al seguir llamándolo OVNI se declara también incompetente para darle explicación, y luego el lector, etc.

Y también una cosa es lo que el testigo ve y otra la que el investigador cree que vio. Y luego otra muy diferente la que el lector cree que el investigador cree que el testigo cree que vio. Esto en ufología se llama el Síndrome de la Distorsión de la Realidad. Algo muy común y que pocos investigadores consideran.

También común es que los “ufólogos” tengan pocos conocimientos de diversas ciencias que les permitan encontrar en éstas las explicaciones lógicas... En los más de diez años que llevo metido en este asunto he tenido que ir aprendiendo una cantidad extraordinaria de explicaciones a algo cuya tarjeta de presentación es la No Identificación; porque decir OVNIs es como decir nada, o sea encontrarle definición a algo que no la tiene. En fin, es bastante difícil pero ese es mi trabajo y me gusta hacerlo.


UNA REAL UFOLOGÍA

La gente cree que la ufología, por tener la terminación “logía” ya es una ciencia... pero uno no necesita ningún estudio para denominarse “ufólogo”. Yo, antes que ufólogo, soy escritor, y el tema de los OVNIs satisface muchas de mis búsquedas en este campo, y en el de la investigación... Y además gracoas a los OVNIs yo he aprendido de astronomía, psicología, geología, meteorología, filosofía y de muchas otras ciencias, y por eso no me arrepiento de haberme metido un día, cuando era un niño curioso, a husmear por este asunto... pues después de adentrarme y de obsesionarme hasta encontrar lo que me satisfacía, que son las respuestas, y después de todo, y a pesar de todo, me he convertido en lo que me gusta, en lo que ahora soy... un escritor que duda, investiga y sueña con que algún día los sueños no demostrados se materialicen como PRUEBAS, y así se hagan realidad...

martes, 14 de septiembre de 2010

Detractores y cienciaficcioñeros sabemos quién es, de cualquier forma he aquí una pequeña presentación: Héctor Chavarría es periodista, montañista, socorrista y varios otros istas. También es escritor de ciencia ficción y ovnílogo escéptico.

Amablemente nos comparte un cuento de su serie "Las invasiones jubilosas". Éste apareció en el número 3 de la revista Asimov, ciencia ficción en español.


El Ánfora
Héctor Chavarría


¡Evohé!
Salutación de las bacantes a Baco.
Para la triple E: Elvira, Edrían y Enrique



Lo hallé vagando –como sonámbulo sería más correcto-, en las inmediaciones de Bucareli, por esa zona de la ciudad donde se dice aparecen geishas, vampiros, voceadores y cosas peores, habitualmente periodistas.

Iba en mangas de camisa a pesar del frío y mostraba una mirada ausente y febril. Al principio, sobre todo por su aspecto, creí que había sido víctima de un asalto, o que había escapado de una reunión de reporteros de policía.

-¿Qué onda Edrían?

Me miró como si no me viera, de hecho como si estuviera viendo a través de mí.

-¡Maldito traidor, hijo de...! –gritó con vehemencia. Y, comencé a pensar que algo traía conmigo.
Retrocedí con precaución meditando sobre la posibilidad de usar el paraguas como katana.

Me miró como si antes no hubiera estado ahí.

-No es contigo –dijo y volvió a tener la mirada perdida.

Comencé a idear cómo irme de ahí, a fin de cuentas, si Edrían estaba “pasado” era broca suya.

-¡No!, -exclamó- eso sí puede darles en la madre. ¡Sí! Eso...


Luego comenzó a reírse. Una risa suave al principio que luego fue haciéndose más fuerte hasta volverse una carcajada, que se detuvo de súbito. Su mirada se normalizó, si tal cosa era posible y, como por arte de magia se volvió una persona normal, bueno, todo lo normal que puede ser un reportero.

Volvió a mirarme, pero ahora era a mí y no hacia aquel inquietante “más allá” de antes. Para entonces varias personas estaban interesadas en nosotros. Posiblemente anticipando uno de los habituales espectáculos de Bucareli.

Se palpó el cuerpo, como buscando algo. Chascó los labios.

-Invítame una copa, tengo algo que explicarte.

Traté de negarme, de argumentar cualquier cosa... nos fuimos a “La Reforma”: un pequeño antro que suele estar lleno, según el turno, con la mitad del personal de talleres, redacción y fotografía –no necesariamente en ese orden-, de El periódico de la Vida Nacional.

Edrían pidió un tequila doble y se lo zampó con urgencia: luego ordenó un ron con agua mineral. Me miró con aires de conspirador del siglo XIX.

-Los ET: especialmente tontos, específicamente tarados extraterrestres, existen... Maussan tenía razón, Ferriz también: un mundo nos vigila.

Lo miré con una mezcla de conmiseración y repugnancia.

-Me cae que es verdad. No estoy borracho ni drogado. ¡Ni madres! “Ellos” son reales, los escépticos están locos...

Miré ostensiblemente mi reloj para disimular el asco y abrí la boca para explicarle que tenía una cita y que él debía ir al FBI (Fray Bernardino Institute) para que un reductor de cabezas le diera un ajuste. No tuve tiempo de hablar.

-Me agarraron ayer, debe haber sido ayer, ¿qué día es hoy? No importa, el maldito Enrique estaba conmigo y también lo agarraron a él.

-Mira –logré colarme entre su verborrea- ahora sí pienso que se te aflojó un tornillo ¡no mames! Esos cuentos de extraterrestres...

-Por lo menos escúchame y si quieres luego di que enloquecí. ¿Qué día es hoy?

Le dije.

-Ayer por la mañana llegué a la oficina aquí enfrente como de costumbre, con una pequeña cruda –nada grave- a causa de una reunión anteayer. El caso era que iba a darle un trago a mi ánfora llena de ron, con fines estrictamente medicinales, cuando entró tu ex jefe, radiante y sin bastón y, antes de que terminara de guardar el ánfora anunció a gritos:

-¡Ya te dije que no uses esas porquerías! ¡Vamos a tomar un trago!

-Enrique –le dije-, apenas son las diez de la mañana...

-¿Y qué? Son las seis de la tarde en Londres. Y, sólo los borrachos como tú cargan “cantimplora”. Seguramente te gusta agarrarlas de buró: ¡eres un alcohólico!

Así pues, a pesar de mis protestas, me arrastró rumbo al Gaona, previa escala en los tacos callejeros del Charro. Conoces bien el Gaona, a esa hora no había más personas que los meseros y nosotros. Tomamos la mesa de costumbre y Enrique ordenó:

-¡Lo de siempre! ¿Te tomas lo de siempre?

-Enrique –le dije suavemente- ¿qué pasó con tu ataque de gota?

Porque apenas unos días antes estaba sufriendo su quincuagésimo quinto ataque de gota, con prohibición estricta de beber, por lo que llevaba por lo menos un mes de abstinencia; durante el cual me mentaba la madre cada vez que le ofrecía mi ánfora para que echara un trago. Ingratitud.

-Ya no me molesta, estoy curado, puedo beber...

-¿Y tu conato, de úlcera gástrica? –Repliqué con inocencia. Fingió no oírme.

Después de lo cual y antes de que llegaran los tragos, decidió ir al baño y pidió que lo acompañara por aquello de que “un mexicano nunca mea solo”.

-Para mí –intervine sacando a Edrían de sus recuerdos-, el que inventó esa frase era maricón y quería verle la pistola a los otros...

Ignoró olímpicamente mi comentario.

-Pues bien –continuó-, estábamos en el baño, tras haberle hecho agujeros al hielo del mingitorio, en el proceso de lavarnos las manos, cuando ocurrió.

-Siempre he pensado –volví a meter mi cuchara- que los que le hacen agujeros al hielo al mear tienen serios problemas con su potencia.

Me miró como si hubiera dicho una idiotez y se tomó el resto del ron con agua al tiempo que llamaba al mesero y ejecutaba con la mano un movimiento circular sobre la mesa, que en todo México significa: igual.

-¿Qué pasó? –le provoqué- ¿Te encontraste a los ET en el baño?

-Casi. Ríete si quieres, pero de pronto el orate de Enrique se puso transparente y comenzó a desaparecer. Eso estaba bien, pero lo peor fue que ¡a mí comenzó a pasarme lo mismo!

Seguramente mi expresión fue de asco.

-¡Te lo juro! Esos malditos tenían unos teleportadores como los de Viaje a las estrellas, sólo que esos sí funcionaban. La familiar escena del baño, hielo agujerado y todo, se desvaneció y dio paso a una estancia desconocida bajo unos proyectores de luces brillantes.

“Creo que en ese momento los dos tratamos de escapar, típica reacción ante lo desconocido, y ellos aunque aún no los veíamos, nos apagaron la luz, ignoro con qué.

“Cuando recobré el conocimiento estaba en otra estancia con paredes luminosas, lo cual era muy chocante porque no había manera de calcular distancias a primera vista y por la ausencia de sombras: había en todo el lugar un fuerte olor a manzanas, por lo menos esa fue la impresión. Tenía un dolor de cabeza bastante considerable.

“Tu expresión me dice que no crees nada. Es cierto, esta historia tiene todos los clichés de la ciencia ficción más barata y de los libros escritos por charlatanes, no necesito mencionar quienes, los conoces muy bien.”


Aquí vemos una de las aficiones del "Chino" Chavarría: cazar extraterrestres


Hizo una pausa y se bebió el ron con agua mineral como si fuera agua. Pidió más y comenzó a inquietarme el cargo a mi cuenta. Ni modo, -como hubiera dicho Enrique- “un mexicano no bebe solo”. Pedí otro, ¡qué remedio!

-Así pues –continuó Edrían- para no molestarte más, no me creas nada, simplemente haz de cuenta que te estoy relatando un cuento de los que a ambos nos gusta escribir.

“Cuando vi a los ET estuve a punto de tener convulsiones: eran igualitos a los que describió Adamski, cabellos rubios, casi blancos, piel casi transparente de lo blanca, ojos de color claro... no exactamente azules, claros, indefinidos. Sus cuerpos, hasta donde me permitía ver la ropa que llevaban puesta, una especie de monopieza sujeto a la cintura con un cinturón ancho, eran perfectos: apolíneos. Me cae que los tipos eran el sueño de cualquier racista. Sin embargo, en toda esa aparente perfección había algo que no encajaba. Lo frío de sus ojos, la expresión de total desinterés por la vida. Daban la impresión de ser unos seres que miraban con desdén a cualquier criatura que no fuera de su especie.

“Me hubiera gustado ver su nave, estoy seguro que era similar a una nave nodriza adamskiana. El caso fue que me aislaba de ellos una especie de pared transparente a través de la cual me miraban. Analizando ese examen –en ese sentido qué bueno que no hayan sido unos pulpos azules-. Pude detectar varias cosas: me aislaban por alguna razón que no entendía, me miraban con desdén, cierta curiosidad y otro elemento. Me llevó tiempo comprender qué era: miedo.”

-Vas a necesitar bastante más que lo que me has contado –le interrumpí- para lograr una buena historia, lo que narras es de lo más malo que he oído...

-¡Calma, deja terminar! Ellos tenían alguna razón que yo ignoraba para comportarse así. Mientras tanto, mi dolor de cabeza crecía y crecía, como si tuviera dentro un avispero. Entonces me hablaron, más bien fue como si sintonizaran algo dentro de mi cráneo, con lo cual me retorcí de dolor.

“De pronto fue como si, junto con los conceptos, llegara a mi mente una sucesión de imágenes, me tomó un tiempo darme cuenta de que me estaba viendo a mí mismo mientras me retorcía. Supe que estaba viendo a través de uno de ellos y que los conceptos en mi mente eran sus pensamientos. Vi como me caía al piso mientras aquel ser me decía que yo iba a servirles de espía, que a través de mí persona observarían y que llegado el momento lo aprendido les serviría para dominar este planeta y exterminarnos a todos. Entonces decidirían si me dejaban vivir un tiempo más, aislado, claro, porque no deseaban contaminarse.

“Les menté la madre en todos los idiomas en que sé mentadas y mientras lo hacía vi –a través de los ojos del ser- a Enrique. El muy desgraciado vestía a la usanza ET en una habitación similar, sólo que con muebles, donde estaban amontonadas sus ropas y parte de las mías. Sí –me dijo aquel-, tu compañero está limpio y vendrá con nosotros. Es diferente a ti, más parecido a nuestra gente. Claro, no es igual, pero hemos analizado sus pensamientos y son como los nuestros: te desprecia y hace bien. Te juro que en ese instante deseé tener a mi alcance a Enrique para retorcerle el cuello por traidor.”

-Entonces –dije ahogando un bostezo- seguramente te soltaron.

-Más o menos. Me sacaron de esa especie de estancia contrayendo un lado de la habitación como el émbolo de una jeringa. Me había hecho saber que me habían implantado algo en alguna parte del cuerpo que era el transmisor receptor y mientras me empujaban sudé de angustia, la humedad hizo burbujear el piso, pero antes de pensar más en ello estaba bajo los proyectores, haciéndome transparente y luego en un rincón de la calle de Allende.

“Cuando te encontré estaba viendo el capítulo final de esta historia. Nos salvamos por milagro. ¿No deseas conocer el final?”

Me encogí de hombros, resignado.

-Nos salvó nuestro ph, les puso una verdadera partida de hocico. Sospecho que no me entiendes. Yo tampoco lo entendía en el primer momento aunque debí suponerlo desde que estuve en el interior de la nave: el olor a manzanas. Te me quedas viendo como si estuviera loco ¿no te das cuenta? ¡Los ET tenían un mecanismo de consunción de proteínas neutro, altamente eficiente, está clarísimo! Por eso el olor a manzanas, por eso esa mal disimulada expresión de temor.

Me quedé mirándolo como quien ve un crucigrama sin instrucciones.

-Mira, va de nuez: nosotros debemos ser una rareza o por lo menos para estos tipos debíamos serlo. Quizá en el fondo por eso querían destruirnos. Nosotros vivimos en el ácido, para ellos con un metabolismo carente de ácido por su alta eficiencia: nosotros éramos –o más bien somos- lo más cercano al veneno. Una gota de nuestro sudor equivale para ellos al ácido sulfúrico.

“Nuestro ph no es más que el potencial de hidrógeno y, en los seres humanos equivale a 7.42, más allá de eso estamos alcalinos, para abajo del siete somos ácidos. Habitualmente vivimos ligeramente alcalinos, pero lo alcalino, aunque preferible al ácido, también era veneno para los ET, no sé cómo esperaban que Enrique viviera con ellos, especialmente con aquel famoso conato de úlcera gástrica que mencioné antes, la cual era capaz de producir grandes cantidades de ácido a la menor provocación por tensión... El caso es que algunas cosas, como beber alcohol, elevan el nivel alcalino como mecanismo de defensa: nuestra piel y boca son alcalinas así como el semen, pero la orina y el vómito son ácidos, todo esto es demasiado obvio, ¿o no?”

-Me imagino que sí –le respondí.

-La confirmación fue el efecto de mi sudor en el piso de la nave, como si le hubiera caído ácido.

-Y, todo esto, ¿qué tiene que ver con Enrique?

-Recuerda que el angelito había estado a dieta y sin beber durante un buen lapso, por lo tanto estaba alcalino, casi sin rastros de ácido... por eso debieron considerarlo “estable y limpio”. No eran tontos, debían conocer bastante bien el organismo humano para saber que una dieta adecuada mantendría a tu ex jefe “estable” y sin representar peligro para la nave o para ellos. A eso debieron haberle apostado.

“Pero no tomaron en cuenta que el Enrique llevaba semanas sin echar un trago a causa del ácido úrico, que en el Gaona no tuvo tiempo de tomarse la primera, que no revisaron mi ropa, la que no me devolvieron. Enrique debió estar nervioso, a pesar de las garantías que ellos le ofrecían. No creo que le desagradara la idea de ser una especie de protegido ET; pienso que fueron los nervios y las ganas de celebrar... se organizó la primera y última borrachera de buró de su vida. Encontró mi ánfora.

-Pero el alcohol no iba a hacerlo ácido de inmediato...

-No –respondió- pero al aumentar su ph alcalino debió soltar alguna alarma, eran 15 onzas de ron de Flor de caña. Lo que ellos hicieron será siempre un misterio, pero cuando yo pude ver por los ojos del ET, la nave parecía haber perdido la gravedad y todos flotaban... lo que alcancé a ver fue a Enrique haciendo muecas, presa de violentas arcadas: la falta de gravedad marea gravemente a algunas personas, no se sabe hasta que no se experimenta. Enrique vomitó.

“Imagina un organismo como el alien de la película: metabolismo con base en el silicón. Su sangre sería ácido para nosotros, buena cinta de CF dura. Para un organismo neutro nosotros seríamos lo mismo. Para ellos, en un instante de supremo horror, debió ser como si disparáramos un mortero dentro de un avión con cabina presurizada. Good Bye!

“Un organismo de silicón sobreviviría en el espacio sin aire ni presión, pero ni ellos ni Enrique lo eran. Debe haber sido un espectáculo nauseabundo: nave y seres estallando como bombas en el vacío por un simple vómito. Los periodistas siempre han sido peligrosos, venenosos y ahora resultó que también ácidos.

“A los Et les tocó el ácido más fuerte...

-¡El has ido a tiznar a tu madre! –dijimos a coro. –El cuento era pésimo al principio pero se compuso un poco al final –le dije a Edrían.

Me dedicó una mirada de esas de antología que pueden interpretarse de las más diversas maneras.

-Salud –me respondió levantando el vaso.

Tuve que pagar una cuenta bastante crecida.

****

Me quedé con la molesta idea de que me había gorreado los tragos contándome su historia loca, después pensé que era tan absurda que podía tener visos de verdad. Luego Enrique no apareció por ninguna parte aunque lo buscaron con verdadero empeño –tenía muchos amigos políticos- y cuando le preguntaron a Edrían... ignoro que les haya dicho.

Enrique sigue sin aparecer.

El otro día me encontré al Edrían, con tres cuartos de estoque en buen lugar, saliendo de La Reforma con su novia Elvira, tan ebria como él, as ussual, me guiñó un ojo con gesto de complicidad y dijo con voz estropajosa:

-Hay que mantener el ph alcalino, mi buen...

No supe si se estaba burlando de mí, la mirada vidriosa de Elvira me indicaba eso, pero algo me dice que debería aumentar mi ingesta de alcohol, y no con meros fines preventivos.

Enrique todavía sigue sin aparecer.

Quizá debieran buscarlo –ignoro cómo- más allá de la órbita de Plutón...


Nota: Enrique Loubet Jr. falleció en el año 2007.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Escepticismo para niños

La revista Skeptic es dirigida por Michael Shermer, en ésta aparece la sección Jr. Skeptic. El apartado para niños del número cuatro del volumen seis trataba de ovnis y extraterrestres (¿Sabían que Shermer fue abducido por extraterrestres? El director de la Sociedad de Escépticos cuenta su historia y la explicación: estaba muy cansado pues llevaba demasiadas horas sin dormir y había estado realizando demasiado ejercicio en su bicicleta).

How to Fake ufo Photos se tituló el artículo más interesante de esa sección. Aparecen niños trucando fotografías de ovnis. De hecho, Shermer ha organizado talleres de trucaje de fotografías de platillos voladores, éstos van dirigidos a los niños. Los niños fabrican sus “naves intergalácticas” mediante materiales conseguibles en casa o en una papelería y después les toman fotografías con cámaras desechables. Posteriormente son mostradas al público (y a "expertos" analistas). Les quedan tan bien que la gente las llega a considerar buenas pruebas de las visitas extraterrestres. Aquí puede encontrarse información del taller.

Philip Klass escribió BRINGING UFOS DOWN TO EARTH (1997) pensando en los niños (Explicando los ovnis es la traducción al español de esta obra, sobre ésta se puede leer aquí).

En Las patillas de Asimov comencé una serie de entradas dedicada a lo que len México escriben los divulgadores de la ciencia y los científicos acerca de los ovnis y los supuestos fenómenos paranormales. Ahora toca el turno a la doctora Julieta Fierro, quien escribió un libro para niños en el que habla de extraterrestres y del "fenómeno ovni".

La doctora Fierro es una de las investigadoras más importantes de nuestro país, es una apasionada de la divulgación científica. Ha obtenido varios reconocimientos, entre ellos el Kalinga de la UNESCO y el Premio Nacional de Divulgación de la Ciencia y de Periodismo Científico. Es una mujer muy creativa, una de sus inquietudes es idear formas distintas para divulgar el conocimiento. Su texto sobre el llamado fenómeno ovni tiene sus aciertos y sus errores. Pero vayamos por partes.

Hace varios años Carlos Clemente me contó que había debatido con la astrónoma en algún programa de radio, el tema obviamente fue el de la vida extraterrestre. Cada vez que el ex vigilante (hace mucho que no lo veo en el programa de Maussán, por ello lo de ex) confrontaba con casos concretos de ovnis a la doctora Fierro, ella mencionaba a Mario Méndez y a su grupo de escépticos. Clemente me dijo que en algún momento la científica señaló que tenía pensado escribir un libro sobre ovnis.

Supongo que Extraterrestres vistos desde la ciencia (Lectorum) es el libro que la doctora tenía en mente cuando debatió con Clemente, aunque en realidad sólo le dedica unas cuantas páginas al fenómeno ovni.



En la contraportada leemos (las negritas son mías):

¿Qué tanta posibilidad hay de que nos visiten los extraterrestres? ¿Qué es la vida extraterrestre? ¿Cuándo podremos viajar a otros planetas o galaxias para encontrarla? En esta obra amena, Julieta Fierro te explica clara y sencillamente estas cuestiones y muchas más; así tendrás todos los elementos científicos para saber qué probabilidad real hay de que existan otros mundos como el nuestro. Te enterarás del esfuerzo y la dedicación que ponen muchos astrónomos y otros científicos para encontrar vida alienígena (incluso te dice cómo podrías ayudar a hacerlo). Después de leer este libro, nadie podrá engañarte diciéndote que tuvo un encuentro con extraterrestres y que lo llevaron a viajar por el espacio. ¿Por qué pensar siempre que los extraterrestres son más inteligentes que nosotros? Tal vez la nuestra sea la civilización más avanzada de la Galaxia.

El libro está pensado para que los lectores puedan realizar diversas actividades como dibujar, escribir historias o hacer pequeños experimentos. Es una obra integrada por breves textos que explican, entre otros temas, lo que es la vida, la evolución, la búsqueda de vida en otros mundos de nuestro sistema solar, la forma en que se calcula la distancia a las estrellas, la ecuación de Drake, la búsqueda de civilizaciones extraterrestres mediante radiotelescopios, la velocidad de la luz, la vida de las estrellas, los viajes espaciales.

En un apartado dedicado a las pruebas supuestamente irrefutables explica que las fotografías de ovnis pueden ser trucos, que las huellas de supuestos aterrizajes resultan ser restos de fogatas, que las luces que se ven en el cielo pueden ser globos, satélites artificiales o aviones de prueba, y agrega: “Incluso existen experimentos atmosféricos donde se producen explosiones. Podríamos fácilmente confundir estos objetos brillantes –con los cuales no estamos familiarizados- con vehículos provenientes de algún otro sitio del cosmos.”

Sobre los mensajes de los contactados escribe: “Ciertas personas aseguran que textos y dibujos que han hecho les han sido dictados por seres de otros mundos. Por desgracia, el contenido tanto de los textos como de los dibujos hacen referencia a situaciones, personas e idiomas que existen en la Tierra, y en ninguna circunstancia hacen referencia a algún tipo de tecnología ni invención que no exista aquí. Todos los reportes corresponden al grado de escolaridad del supuesto contactado y no aportan nada nuevo ni desconocido. Por esta razón, los científicos le dan poca credibilidad a este tipo de mensajes.”

Hasta aquí todo está muy bien, pero comete algunos errores cuando menciona dos casos clásicos de la ufología: el caso Puebla y Roswell. Ejemplos que “muestran cómo la chatarra espacial produce ovnis de varios tipos.” Sobre éstos anota:


PUEBLA 1992

En 1992, en Puebla, centenares de personas vieron una serie de luces resplandecientes en el cielo. Varios pobladores del área recogieron fragmentos de un material duro, oscuro, de forma irregular, más parecido al plástico que a una roca. En México existe una sociedad escéptica del fenómeno ovni, cuyo director es Mario Méndez Acosta. Algunos de sus miembros acudieron de inmediato a Puebla para recoger los testimonios y adquirir muestras del material que cayó del cielo. Después de analizar los fragmentos y procesar los reportes de los rastros observados en el cielo, llegaron a la conclusión de que se trató de los restos de una sonda soviética que había reingresado a la Tierra y se había consumido casi totalmente en la atmósfera. El material oscuro era parte de la cerámica que revestía a los instrumentos.


ROSWELL

Probablemente el caso más sonado de visitas de extraterrestres sea el caso Roswell.
Resulta que durante la Guerra Fría, es decir cuando los Estados Unidos y la ex Unión Soviética estaban enfrascados en hacerse la vida difícil y con grandes preocupaciones sobre la posibilidad de que una nación aniquilara a la otra empleando bombas atómicas, los estadounidenses colocaron en órbita un satélite espía para detectar explosiones en territorio ruso. Este satélite tuvo un desperfecto y cayó en el desierto de Nuevo México, cerca del poblado de Roswell; numerosas personas lo vieron estrellarse. Dado que era un proyecto secreto el ejército norteamericano acudió al sitio y se llevó el artefacto acallando rápidamente a los medios. En Roswell se comenzó a correr la voz de que efectivamente el ejército había querido hacer suya la sonda de manera exclusiva, con todo y los extraterrestres que contenía. Varias personas fueron al hangar donde fue almacenada a tomar fotografías. Cuando finalemente la prensa pudo aclarar el incidente, el chisme había trascendido las fronteras, y visitantes de todo el mundo acudieron a Roswell para observar la huella de la supuesta nave y recoger vestigios –abundantes en el área, pues el satélite regó material estrellarse-. Hasta la fecha en Roswell existe un museo donde se venden una serie de recuerdos al respecto, incluso gomas para borrar y dulces en forma de extraterrestres.


El caso Puebla sucedió en los setentas y fue investigado por Héctor Chavarría y Pablo Latapí cuando aún no existía la Sociedad Mexicana para la Investigación Escéptica (SOMIE). Aunque, efectivamente, Chavarría fue uno de los fundadores de dicha sociedad escéptica. Fue Héctor Escobar (también de SOMIE) quien solucionó el caso, él descubrió que se trató de la tercera etapa del cohete que puso en órbita al satélite soviético Cosmos 929. Todos los detalles aquí, otros aspectos aquí. Al parecer la doctora Fierro redactó su texto con los datos que pudo recordar de lo que Chavarría y Méndez le contaron.

Lo que se encontró en Roswell no fue un satélite espía sino un globo del proyecto Mogul.

De cualquier forma el libro es un interesante intento de enseñar a los niños a dudar de las afirmaciones de los ufólogos. Éste puede consultarse aquí.