Gerardo Sifuentes, de la revista Muy Interesante, me envió varias preguntas para el artículo de portada del número de diciembre.
Estas fueron las preguntas y mis respuestas.
1) ¿Tiene la ciencia obligación de darle explicación a los "milagros" de tipo religioso? Ateniéndonos a la definición de diccionario, "hecho que no se puede explicar por las leyes conocidas de la naturaleza y que se considera realizado por intervención sobrenatural o de origen divino", si estos en realidad no ofrecen una base sólida de investigación, ya que se basan únicamente en la fe del creyente, ¿cuál sería el sentido de buscar lo que hay detrás de ellos?
Los milagros y los fenómenos paranormales están estrechamente vinculados. De eso me percaté al ir respondiendo las tres preguntas. No es posible reflexionar acerca de los milagros sin tomar en cuenta lo supuestamente paranormal.
¿Qué es un milagro? ¿Qué es lo paranormal? ¿Los milagros son fenómenos paranormales? ¿Los fenómenos paranormales violan las leyes de la naturaleza? ¿Sobrenatural y paranormal son sinónimos?
Los “estudiosos de lo paranormal” no han sido capaces de explicar qué es lo que supuestamente investigan; ni siquiera han explicado el término “paranormal”. Podríamos pensar que los llamados “fenómenos paranormales” (si es que existen) en realidad deben contar con una explicación natural hasta ahora desconocida, así, no estarían violando ninguna ley de la naturaleza sino esperando una explicación satisfactoria. Los científicos podrían en un futuro cercano o lejano llegar a encontrar las leyes que describan la telepatía y la telequinesis, por ejemplo.
Lo anterior querría decir que lo paranormal no existe, y estos supuestos fenómenos deberían más bien catalogarse como “fenómenos naturales que aún no cuentan con una explicación”.
Al respecto, el filósofo Paul Kurtz expresó: “si se encuentra una explicación científica para un supuesto hecho paranormal, éste se convierte inmediatamente en un suceso no-paranormal y pasa a formar parte del universo natural”. Entonces explicar científicamente los fenómenos sobrenaturales o paranormales significa convertirlos en fenómenos naturales, no se puede explicar lo paranormal sin destruir este término.
Ahora, ¿qué es un milagro? ¿Se trata de una suspensión temporal de las leyes naturales? Cuando la naturaleza interrumpe su forma normal de funcionar, y lo hace para complacer los deseos del ser humano (salud, encontrar trabajo, etc.), entonces podemos hablar de un milagro. ¿Es satisfactoria esta definición? Habría que ampliarla, pues dejaríamos fuera otros pretendidos milagros como las hostias sangrantes, la incorruptibilidad cadavérica, las apariciones de la Virgen María o de Cristo y las estatuillas que lloran lágrimas de sangre. ¿Hay diferencias entre los fenómenos paranormales y los milagros?
Me parece que una diferencia entre lo paranormal y los milagros es que detrás de estos últimos habría una “voluntad extranatural” (Dios, los ángeles, los santos, los espíritus...). En los fenómenos paranormales no habría este contexto religioso. Pero veamos por qué no siempre es fácil distinguir entre los milagros y los fenómenos paranormales.
En su libro “Seudociencia e Ideología” el filósofo Mario Bunge dice que “la parapsicología es el cuerpo de creencias y prácticas referentes a las presuntas actividades de ideas y espíritus desencarnados, tales como la telepatía y la clarividencia, el preconocimiento y la telequinesis, la reencarnación y la comunicación con los difuntos. Hay tres variedades de creencias y actividades de este tipo: el culto popular (el espiritismo), la profesión de los psíquicos o médiums y la investigación parapsicológica.”
La reencarnación y la comunicación con los difuntos conectan a la parapsicología con las creencias religiosas, pero hay otros ejemplos. El supuesto fenómeno de los estigmas ¿sería un milagro o un fenómeno paranormal (hay creyentes que incuso han propuesto explicaciones naturales o normales)? También se pueden mencionar los casos de religiosos que supuestamente levitaban o que podían estar en diferentes lugares al mismo tiempo (bilocación), ¿fenómenos paranormales o milagros? Es posible encontrar testimonios a favor de la levitación y la bilocación en contextos no religiosos, ¿en tales casos no serían milagros?
Pensemos un último ejemplo para mostrar que no es tan fácil distinguir un milagro de un fenómeno paranormal. Los poderes telequinéticos de Carrie White son un fenómeno paranormal. Pero ¿y si esos poderes los tuviera una monja?, ¿serían un milagro?
Por lo general, solamente se puede creer o no creer en un milagro, es decir, son asuntos de fe; sin embargo, en ocasiones es posible someter a verificación un pretendido milagro.
Paul Kurtz llamaba “paranatural” a las “afirmaciones religiosas que son capaces de alguna resolución empírica y que no son trascendentales o supernaturales. En este caso son similares a las afirmaciones paranormales comprobables”.
El “Objeto Paranormal Permanente” (primero llamado “Objeto Paranormal Perfecto”) es una propuesta de John Beloff para hacer de la parapsicología una ciencia (o al menos para poder estudiar científicamente lo paranormal).
¿En dónde radica la importancia del OPP? Primero se tendría que dejar en claro lo que se entiende por “cualidades paranormales”. Una vez que todos están de acuerdo en que ciertas características serían algo paranormal, se procedería a analizar el mencionado objeto, se realizarían las observaciones y las mediciones necesarias, y, finalmente se podría determinar si éste tiene o no las cualidades paranormales. El objeto debe ser “permanente” en el sentido de que, siempre que se requiera, lo puedan examinar científicos de cualquier parte del planeta. Así, las cualidades paranormales del objeto en cuestión serían claras para todo aquel científico que lo examinara (el crítico de la ufología Luis Ruiz Noguez llevó al terreno de la ufología este término, la prueba irrefutable de la presencia extraterrestre en la Tierra sería el “Objeto Ufológico Permanente”; después de más de sesenta años, ningún ufólogo lo ha podido presentar).
Al buscar el OPP, la investigación de lo paranormal dejaría fuera la telepatía, la precognición, etc. ¿Hay candidatos a ser el OPP?
Conectemos nuevamente los fenómenos paranormales con los milagros. Un candidato a OPP es el Sudario de Turín (podría ser la prueba de la resurrección de Jesucristo). Los mexicanos contamos con otro candidato: la imagen de la Virgen de Guadalupe. En cualquiera de estos casos se trataría del Objeto Paranatural Permanente.
Otros supuestos milagros también podrían ser investigados científicamente (como las curaciones por la fe o el poder de la oración), pero es importante recordar que los testimonios por sí solos no son suficientes (la gente puede mentir, exagerar o equivocarse).
Así, aunque los científicos no tienen la obligación de explicar supuestos milagros, es posible someter algunos de ellos a verificación y resolución empírica. ¿Por qué examinar científicamente los milagros? Por un lado, los creyentes pretenden dar respaldo científico a sus creencias (el por qué trataré de responderlo en la siguiente pregunta). Por su parte, los grupos escépticos (en los que hay científicos, pero también periodistas, escritores, filósofos y personas de diversas ocupaciones) pretenden examinar cuidadosamente las supuestas evidencias que se mencionan a favor de lo paranormal y los milagros (como ejemplo puedo mencionar a Joe Nickell, cuyo trabajo recomiendo ampliamente).
2) ¿Cuál cree que sea la necesidad de algunos creyentes o grupos de creyentes para buscar comprobaciones científicas -y con ello el enfrentamiento con el método– de los milagros?
¿Por qué buscar comprobaciones científicas de los milagros y/o de las creencias religiosas? Es posible que para muchos creyentes no sea suficiente con la fe. Tal vez algunas personas juzguen que sus creencias religiosas están siendo amenazadas por la ciencia, puede causarles ansiedad tener creencias que contradigan los conocimientos científicos. Así, contar con el apoyo de la ciencia podría aliviar sus preocupaciones.
Muchos creyentes y “maestros espirituales” usan términos científicos como una forma de persuasión (afirman que la mecánica cuántica confirma sus creencias, por ejemplo). ¿Qué mejor forma de convencer al no creyente (o al ingenuo) que mostrarle supuestas pruebas científicas de la realidad de los milagros?
Pero ¿deberían los creyentes preocuparse acerca de cómo se mantienen sus creencias ante los conocimientos científicos? Hay diversas perspectivas con respecto a la relación entre la ciencia y la religión. El paleontólogo Stephen Jay Gould, por ejemplo, hablaba de los “magisterios no superpuestos (o disjuntos)”, para él no había conflicto entre ellas: la religión se ocupa de los asuntos morales y la ciencia se ocupa de estudiar el universo (su composición, cómo funciona, etc.). Esta visión no estuvo exenta de críticas, pero nos muestra que los creyentes no tienen por qué considerar necesariamente que la ciencia es una amenaza para la fe religiosa. De hecho hay científicos y escépticos militantes que creen en Dios (entre ellos el fallecido Martin Gardner).
Termino esta respuesta con las palabras de H.G. Wells: “La ciencia toca dogmas religiosos sólo en la medida en que la religión es materialista”.
3) Si bien los milagros pueden ser considerados asuntos teológicos, basados únicamente en la fe de los individuos, ¿los consideraría dentro de la misma categoría que el fenómeno de los OVNIS y otras supersticiones?
Bunge, en el libro mencionado más arriba, afirma que “Los parapsicólogos no se proponen encontrar leyes, sino confirmar viejas supersticiones o suministrar un sustituto de las religiones establecidas. (Este último fue el objetivo explícito de la Society for Psychical Research, fundada en momentos en que la revolución darwiniana había minado al cristianismo.)”
Si Bunge está en lo cierto, la parapsicología no sería sino el intento de dar validez científica a ciertas creencias religiosas como la vida después de la muerte, la comunicación con nuestros seres queridos ya fallecidos o incluso los milagros.
El ya mencionado Paul Kurtz expresó que cuando las religiones tradicionales decaen, lo paranormal se convierte en algo muy atractivo, y que la pseudociencia es una nueva religión, “probablemente sea la mayor religión del mundo.” En ese sentido, la pseudociencia sería el resultado de arropar las creencias religiosas con ciencia.
Un ejemplo son las llamadas “Expo esotéricas”: en un mismo lugar el público puede encontrar ángeles, lectura del aura, astrología, reencarnación, medicinas alternativas, tarot, alquimia, feng shui, ovnis y extraterrestres. Muchos de los participantes usan términos como “mecánica cuántica”, “energía” o “vibraciones” para dar apoyo científico a sus creencias. ¿Qué busca el público asistente? En muchos casos la creencia en lo paranormal y las pseudociencias puede deberse a una falta de pensamiento crítico (es decir, credulidad) y/o a falta de información veraz acerca de estos temas, pero en muchos otros se trata de una creencia religiosa. Los temas mencionados se mezclan en una búsqueda espiritual o religiosa.
¿Y qué sucede con la ufología? Comenzaré diciendo que el “fenómeno ovni” es complejo. Están los ufólogos, los supuestos contactados y sus seguidores, los supuestos abducidos y el público interesado (que compra revistas y libros sobre el tema, que asiste a conferencias, que se mantiene informado, que participa en foros de discusión, etc.).
Hay muchos tipos de ufólogos y cada uno puede dar respuestas distintas a preguntas como ¿qué es un ovni?, ¿qué es la ufología?, ¿qué hace un ufólogo?, ¿investiga algo?, en caso afirmativo ¿qué investiga y cómo lo hace (es decir, cuál debe ser la metodología)? Sería un error meter en un mismo saco a todos los ufólogos, y también nos equivocaríamos si lo hiciéramos con todos los interesados en el tema. Puede haber ufólogos y aficionados con curiosidad científica (aunque podríamos preguntarnos ¿realmente cuántos “investigadores de ovnis” e interesados en el tema también se interesan en la búsqueda científica de vida extraterrestre?, ¿cuántos aficionados a los ovnis leen divulgación científica?). Pero también hay ufólogos e interesados con tendencia al pensamiento mágico. Así, para muchas personas “el fenómeno ovni” es una religión (Héctor Chavarría llama a estas personas “ETéltras” o adoradoras de extraterrestres). Lo anterior es más visible entre los supuestos contactados y sus seguidores.
Mientras que la creencia en dioses o seres sobrenaturales no tiene apoyo científico, la creencia en extraterrestres buenos y malos que visitan la Tierra no presenta el mismo problema (los extraterrestres son una posibilidad biológica). Carl Sagan, en su libro “El mundo y sus demonios”, se hacía la siguiente pregunta: “en una época en que las religiones tradicionales se han visto sometidas al fuego abrasador de la ciencia, ¿no es natural envolver a los antiguos dioses y demonios en un atuendo científico y llamarlos extraterrestres?”
Hay “contactados” y ufólogos que identifican a los extraterrestres con los dioses, ángeles, demonios y otras entidades “sobrenaturales” de la antigüedad. Como ejemplo mencionaré a Salvador Freixedo, quien en su libro “Israel, pueblo contacto” afirma que Yahvé en realidad era un extraterrestre malévolo. El mismo Freixedo tiene otro libro llamado “Teovnilogía”, su idea es que los ovninautas (los tripulantes de los ovnis) han creado todas las religiones.
En suma, para muchos ufólogos, contactados y aficionados los dioses no eran seres sobrenaturales sino extraterrestres (los raelianos lo creen).
Por otro lado, en las llamadas “sectas platillistas” (como los mismos raelianos o la Sociedad Aetherius) los extraterrestres han sustituido a los dioses, ángeles, demonios, santos, etc.
Entonces para muchas personas lo paranormal (o la parapsicología), los extraterrestres (buenos y malos) y las pseudociencias son creencias religiosas. En este sentido, todos estos elementos sí están en la misma categoría que los milagros.