lunes, 31 de octubre de 2011

La muerte y sus enigmas...

¿Qué inquieta tu corazón? ¿Los enigmas irresolubles? ¿Crees que puedan decirse palabras verdaderas acerca del misterio de la vida? Todas las respuestas científicas, filosóficas y religiosas ante el misterio no son más que balbuceos. ¿Quiénes saben algo?

Las preguntas no cesan porque no hay respuestas satisfactorias, y tal vez nunca las habrá.

El problema se niega a morir. Nos mentimos al responder, ¿deberemos conformarnos con sólo hacer las preguntas?, ¿deberemos aprender a convivir con el enigma?

¿Es el canto la única forma de hacer frente a lo que nos perturba? Tan sólo la poesía, los cantos y las flores pueden ser un camino para decir palabras verdaderas en la tierra. Así lo entendieron los tlamatinime.

¿Se llevan las flores a la región de la muerte?
¿Estamos allá muertos o vivimos aún?
¿Dónde está el lugar de la luz pues se oculta el que da la vida?

***

Lloro, me siento desolado:
recuerdo que hemos de dejar las bellas flores y cantos.
¡Deleitémonos entonces, cantemos ahora!
pues que totalmente nos vamos y nos perdemos...

No se aflijan vuestros corazones, amigos míos;
Como yo lo sé, también ellos lo saben,
Una sola vez se va nuestra vida.
¡Venid y gocemos!
Que no lo hagan los que viven airados,
La tierra es muy ancha...

***

¿Acaso allá somos verdaderos?
¿vivimos donde sólo hay tristeza?
¿Acaso es verdad, acaso no es verdad, como dicen?
No se fijan nuestros corazones.
¿Cuántos de cierto dicen qué es verdad o qué no es verdad allí?
Tú sólo te muestras inexorable, Dador de la vida.
No se aflijan nuestros corazones.

De verdad no es el lugar del bien aquí en la tierra:
de verdad hay que ir a otra parte:
allá está la felicidad.
¿O es que sólo en vano vinimos a la tierra?
Ciertamente otros sitio es el de la vida.

***

¿Acaso se vive con raíz en la tierra?
No para siempre en la tierra:
sólo un poco aquí.
Aunque sea de jade se quiebra,
aunque sea de oro se rompe,
aunque sea plumaje de quetzal se desgarra.
No para siempre en la tierra:
sólo un poco aquí.

***

Sólo un instante dura la reunión,
por breve tiempo hay gloria...
Ninguno de tus amigos tiene raíz,
sólo un poco aquí nos damos en préstamo;
tus flores hermosas...
sólo son secas flores.

¿A dónde iremos
donde la muerte no exista?
Mas ¿por esto viviré llorando?
Que tu corazón se enderece:
aquí nadie vivirá para siempre.
Aun los príncipes a morir vinieron,
hay incineramiento de gente.
Que tu corazón se enderece:
aquí nadie vivirá para siempre.

***

¿Qué era lo que acaso encontrabas?
¿Dónde andaba tu corazón?
Por esto das tu corazón a cada cosa,
Sin rumbo lo llevas: vas destruyendo tu corazón.
Sobre la tierra, ¿acaso puedes ir en pos de algo?

***

¿A dónde iremos?
Sólo a nacer venimos.
Que allá es nuestra casa:
donde es el lugar de los descarnados.

Sufro: nunca llegó a mí alegría, dicha.
¿Aquí he venido sólo a obrar en vano?
No es ésta la región donde se hacen las cosas.
Ciertamente nada verdea aquí:
Abre sus flores a la desdicha.

¿A dónde iré?
¿a dónde iré?
El camino del Dios de la dualidad.
¿Acaso es tu casa en el sitio de los descarnados?
¿en el interior del cielo?,
¿o solamente aquí en la tierra es el sitio de los descarnados?

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