viernes, 27 de abril de 2012

LA HOMOSEXUALIDAD DURANTE EL PORFIRIATO (Segunda parte)

Baños públicos de ambiente en la ciudad de México

En la primera parte mencioné que algunos de los que participaron en el llamado "Baile de los 41" fueron encarcelados y enviados a Yucatán a realizar trabajos forzados. ¿Qué sucedió con quienes permanecieron en la ciudad de México? Mílada Bazant (autora del texto comentado) dice: “siguieron ‘luciendo sus bellas figuritas por todas partes’ como si nada hubiera pasado. Mantuvieron la costumbre de frecuentar los baños públicos, sobre todo los afamados, recién remodelados baños turcos de la Gran Alberca Pane, ubicados en Paseo de la Reforma, conocidos, aún por las autoridades, como centros de ligue para homosexuales.”

¿Cómo se daba el "ligue"?, ¿quiénes frecuentaban esos baños?, ¿qué hacían las autoridades al respecto?

En la biblioteca de la Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Iztapalapa puede consultarse Miradas recurrentes, la ciudad de México en los siglos XIX y XX. Se trata de una obra, en dos volúmenes, coordinada por María del Carmen Collado y publicada en el 2004 por el Instituto Mora y la UAM Azcapotzalco.

En el prólogo se explica que los trabajos que integran la obra originalmente fueron expuestos en el Coloquio Internacional de la Ciudad de México, Pasado y Prospectiva, mismo que se llevó a cabo en el Instituto Mora en noviembre de 2001. Historiadores, geógrafos, sociólogos, hombres de letras y humanistas escribieron sobre el pasado, presente y porvenir de la ciudad de México; se ocuparon tanto del territorio citadino, es decir, de la ciudad como personaje, como de la sociedad y los aconteceres urbanos, esto es, de la ciudad como escenario.

María del Carmen Collado explica: “He preferido ser inclusiva, incorporando tanto los trabajos que estudian la ciudad como sujeto, como aquellos que la asumen como escenario, aun a costa de que esta selección pudiese ser juzgada poco rigurosa.”

La obra trata cuestiones como la llegada de la fotografía a la ciudad, la historia del Paseo de la Reforma, la publicidad en las calles, el proyecto urbano de Lázaro Cárdenas, el pasaje Savoy, los oficios que se ejercían en el siglo XIX, etc.

Miradas Recurrentes resultará sumamente interesante para aquellos que deseen conocer más acerca de la Ciudad de México.

En el segundo volumen hay un apartado titulado Identidad y espacios homosexuales. Este apartado consta de tres textos, el primero se ocupa de los baños públicos durante el porfiriato, el segundo trata de los bares gay, y el último del teatro gay.

En esta entrada sólo me referiré al primer texto: Entre lilos limpios y sucias sarasas: la homosexualidad en los baños de la ciudad de México, 1880-1910. Víctor M. Macías González es el autor.

Sobre la situación durante el virreinato el autor dice que las autoridades hacían lo posible para evitar las prácticas homosexuales en lugares de esparcimiento acuático: “el clero y la corona vigilaban sigilosamente las turbias aguas y oscuros recovecos de albercas conventuales, temascales populares y estanques colegiales donde los bañistas se entregaban a desatadas lujurias y concupiscencias. Puesto que los espías del Santo Oficio habían descubierto la existencia de una numerosa comunidad ‘somética’ cuyas redes afectivas tenían como punto de encuentro los baños de México y Puebla, las autoridades virreinales hicieron numerosas redadas de bañistas.”

Pasemos al porfiriato.

El autor explica la importancia que tenía el baño para los pedagogos, higienistas y sociólogos de este régimen: podía transformar al país. Un ciudadano limpio equivalía a “un mexicano emprendedor, trabajador, moderno, obediente y útil a la patria.”

El régimen porfirista comienza a reglamentar los baños en 1892, el principal objetivo era luchar contra las epidemias. Empresarios y empleados permanecían alertas ante posibles apariciones de síntomas de diferentes enfermedades; cualquier sospechoso era reportado ante el Consejo Superior de Salubridad.

El baño diario era también un signo de modernidad: “los baños facilitaban un México limpio, pulcro, y restregado frente a una Europa sucia y mugrosa.”; durante esta época se trató de mejorar las instalaciones de los baños, ya lo veremos más adelante.

Pero el baño diario no estaba al alcance de cualquiera, sólo las capas medias y altas podían tener acceso a éste. Los más pobres veían con desconfianza el hábito diario del agua y el jabón, lo cual queda de manifiesto en frases como “de los baños, menos provechos que daños” o “más vale oler a puerco que a muerto”. Los porfiristas trataban inútilmente de convencer al vulgo de las bondades del baño diario, pero no se trataba sólo de una cuestión de actitud: el baño diario era un lujo, no estaba a su alcance, los precios de los baños públicos eran demasiado altos para los salarios que recibían los obreros. Por ello es que los dueños de los baños públicos se enfocaron en las clases medias y altas.

Explica el autor: “Ya sea por su cultura, valores o riqueza, estas capas –y sus gustos y prácticas de ocio- influyeron fuertemente en el desarrollo y diseño de los baños hacia mediados del porfiriato. Así, los empresarios bañeros dedicaron grandes capitales a ajuarear sus locales para atraer, cultivar y competir entre sí por una clientela relativamente pudiente y, en su mayoría, masculina.”

Los burgueses no tenían la necesidad de asistir a los baños públicos, contaban con baño en sus casas, en realidad lo hacían para socializar. En los baños convivían y charlaban intelectuales, artistas, militares, profesionistas, etc.

Baños, gimnasios y clubes atléticos comenzaron a ser frecuentados por la burguesía. Nuevamente cito al autor: “La industrialización, la urbanización, el auge comercial y la ampliación de la burocracia incrementaban la población masculina clasemediera de la capital, al mismo tiempo que entre la juventud burguesa se iban difundiendo pautas de consumo conspicuo.”

¿Por qué comenzaron a hacerse populares los clubes atléticos, los gimnasios, las asociaciones deportivas y los baños? En el texto se explica que con los cambios culturales, económicos y sociales, vinieron ajustes en los modelos de masculinidad: se debía mostrar fuerza, vigor, reafirmar la hombría; y una forma de hacerlo era mediante el deporte y el fisicoculturismo.

Pero, en palabras de Víctor M. Macías, “la desnudez presente en estos lugares de afirmación masculina se convirtió en su talón de Aquiles. La presencia de tantos ‘adanes’ en vestidores, salones de masaje, albercas, baños y demás estancias transformó estos sitios en los primeros reductos de la homosexualidad en el país. Cuál sería el horror de los mandarines porfirianos cuando los lujosos baños de la capital del país, en vez de lucir como escaparates para los adelantos del régimen, ¡se convertían en el espacio homosexual urbano por excelencia!”

A partir de un estudio realizado en 1885 (y que duró cinco años) y que ponía en evidencia las pésimas condiciones de las instalaciones de los baños, éstos comenzaron a ser remodelados.

Se explica la situación de los baños de la Alberca Pane: se convirtieron en los más lujosos y modernos del país: “Instalada sobre la más elegante arteria de la ciudad, el Paseo de la Reforma (frente a la glorieta del Monumento a Colón) y con su propio ramal de tranvía, la Alberca Pane lucía los últimos adelantos hidroterapéuticos, baños sauna y vapores. Contaba además con una sala de masaje, gimnasio, peluquería, cantina, salones de lectura, jardines y albercas al aire libre. Sus interiores brillaban con gran profusión de mármoles nacionales e importados, finos acabados, muebles espléndidos, cuadros exóticos, e interesantes aparatos eléctricos y mecánicos.”

El resultado de esta remodelación fue que otros empresarios se vieron obligados a mejorar las instalaciones de sus baños.

De esta forma, hacia 1890 los baños de la ciudad de México se convirtieron en “el espacio homosexual urbano por excelencia durante el porfiriato. Así, resurgieron los lugares de esparcimiento acuático, que ya desde el virreinato habían facilitado el desarrollo de redes sociales y afectivas para hombres que se sentían atraídos por otros hombres, como lugares idóneos tanto para la elaboración de una estética homosexual, como para la construcción de una identidad homosexual basada en el consumo, el lujo y la geografía del baño. Los vestidores de los baños, las duchas, los vapores, los gimnasios, los salones de masaje y demás estancias eran los únicos lugares en el paisaje urbano donde se podían congregar hombres desnudos sin levantar sospecha alguna y, mediante observación furtiva, miradas soslayadas y comentarios discretos, conocer y reconocer a los que compartían su atracción por sus semejantes.”

A continuación el autor describe la forma en que se daba el “ligue”, y cómo lo favorecía la configuración del lugar. Comenzaba en la gran alberca (cabían hasta 150 personas), y podía continuar en el vapor o sauna. El ligue también podía darse en el gimnasio o en las salas de lectura: “la geografía del baño permitió al homosexual porfiriano encontrarse con sus semejantes.”

¿Cómo terminó todo esto? Las críticas al régimen de Porfirio Díaz no se hicieron esperar. Se cuestionó la capacidad de las clases acomodadas para dirigir el país, se les veía como hedonistas entregados al placer y al materialismo; se decía que los ricos se habían convertido en “decadentes, blandos, enclenques y frívolos seres afeminados.”

¿Cómo reaccionaron las autoridades ante estas críticas? Su respuesta fue aumentar la vigilancia en gimnasios, albercas, baños, dormitorios, escuelas y cuarteles.

Los empresarios afirmaban que en sus instalaciones no se daban ese tipo de conductas; reglamentaron de forma estricta sobre el tiempo que podían permanecer los clientes en ciertas estancias, de igual forma, se prohibió que los clientes pudieran tocarse. Así trataban de evitar los ligues homosexuales.

Al final del texto el autor anota sus amplias referencias bibliográficas.

Enlaces interesantes:

Habitats en peligro: los baños de vapor.

Contexto social de la época y el caso de los 41.

3 comentarios:

  1. HOLA. Buen articulo. Oye me gustaría ponerme en contacto contigo, para ver si me pudieses pasar más fuentes por favor. Soy estudiante de la Lic. en Historia de la Universidad de Guadalajara y quiero hacer un trabajo sobre la homosexualidad en el porfiriato. Te agradecería mucho si me pudieras brindar tu ayuda. ;)

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  2. Hola, puedes escribirme a mfragosoor@yahoo.com.mx

    Saludos.

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