martes, 24 de octubre de 2017

Entre mitos y realidades: cuatro debates

1. ¿Tiene bases científicas la astrología? Debaten la astrónoma Julieta Fierro y la astróloga Kitty Bracho.



2. ¿Funciona la homeopatía? Debate entre la doctora en homeopatía Antonia Lavanderos y el doctor Ruy Echavarría.



3. ¿Se puede conocer la personalidad de las personas a partir de analizar su escritura? Debate entre la grafóloga María Fernada Centeno y el perito en grafoscopía y documentoscopía Alejandro Cancino Romay.



4. Vacunas: ¿son peligrosas?, ¿causan autismo? Debate entre el "periodista de investigación de tiempo completo y luchador social" Alex Backman y el doctor en gastroenterología y asesor en investigación clínica Rafael Pérez Huacuja.

viernes, 20 de octubre de 2017

¿Violencia contra la población LGBTTTI? No, sólo es disenso

Comentaba en la entrada anterior (ver aquí) que a los de la Clínica VenSer (que dan terapias para "desarrollar la heterosexualidad") les dejé un comentario por el video en el que el psicólogo Everardo Martínez habló sobre la homofobia.

Recapitulando un poco, lo que Martínez hace es:

1. Definir homofobia como la parálisis o huída ante la presencia de un homosexual afeminado. Así la acota él.

2. Decir que no puede aplicarse el término a quienes sólo disienten de la homosexualidad. Añade que no lo vengan a diagnosticar quienes no son ni psicólogos ni psiquiatras.

Le pregunté sobre la definición y alcance de ese disenso, le pregunté si siempre es válido o si en algún momento ya no es sano. Le pregunté también sobre la violencia hacia la población LGBTTTI, si no es homofobia, ¿cómo le llamaría?

Para dejar más claro mi punto sobre a qué violencia me refería compartí dos videos y una nota peridística. La nota informaba de la golpiza que un sujeto le propinó a una chica por ser lesbiana. Uno de los videos mostraba a una pareja heterosexual insultando y ofendiendo a varias mujeres entre las que había lesbianas. Otro de los videos muestra lo que sucede cuando dos chicos caminan tomados de la mano, la forma en que los ofenden, los insultan y hasta agreden físicamente.




Sobre la nota nada respondió. Sobre el video con la pareja heterosexual, tampoco se pronunció. ¿Le resulta muy difícil pronunciarse en contra de esa violencia?

Sí comentó sobre el video con los chicos que caminan de la mano (que además debo decir que jamas se besan en las mejillas o en la boca, tampoco se abrazan, no, simplemente caminan tomados de la mano, lo cual, al ver esas respuestas, uno sólo puede concluir que a algunos heterosexuales les resulta sumamente amenazante la posible homosexualidad, al grado de no concebir siquiera que dos amigos puedan caminar tomados de las manos). Aquí la respuesta:


Aunque al principio reconce que hubo faltas de respeto, ¿notan que al final dice que sólo los criticaron por no aceptar su homosexualidad? Es decir, solamente le preocupó dejar en claro que no hubo homofobia porque los agresores no se paralizaron o huyeron, pero en ningún momento condenó o se pronunció en contra de las faltas de respeto y la violencia que se observa en el video. Por ello le respondí:




Hasta el momento, varias horas después, nada han respondido (a veces hablo en singular y a veces en plural porque hasta ahora sólo sé que la cara de la Clínica VenSer es Everardo Martínez, ignoro si habrá otras personas y, si es así, cuántas) a pesar de que ya hay nuevas publicaciones en las que promocionan la visita a México de los autores del libro "El lado negro de la nueva izquierda: Ideología de género o subversión cultural".


Así que si usted ve que el hombre de playera blanca y shorts negros agredió a los chicos que caminaban tomados de la mano, pues se estrelló contra uno de ellos a propósito y después los retó, se equivoca, afortunadamente contamos con el psicólogo Everado Martínez y su Clinica VenSer, ellos nos explican que sólo se trata de un joven ejerciendo su derecho a disentir y a ejercer la crítica. Desde aquí les damos las gracias (a Martínez y a su changarro).


Por lo visto en esta y la otra entrada, podemos concluir que mientras el psicólogo Everardo Martínez no se pronuncie en contra de la violencia hacia la población LGBTTTI cuando habla de homofobia, su discurso puede ser interpretado como se ve en la imagen.


En otras palabras, a Everardo Martínez y a la Clínica VenSer les importa un rábano la violencia contra la población LGBTTTI, ojalá que, a pesar de sus prejuicios, cambién de actitud y sean capaces de reconocerla y manifestarse abierta y firmemente en contra. 

Mientras tanto, ya sabe usted, si disiente de algún estilo de vida (vegetarianismo, veganismo, abstemios de todo tipo, aficionados a la tauromaquia, homosexuales, bisexuales, etc.) tiene muchas formas de expresar su disenso, no se detenga.

La invisibilización de la violencia hacia la población LGBTTTI

En la página Facebook de la Clínica VenSer (que, sin aportar ninguna evidencia científica que los respalde, ofrecen terapias para superar la "atracción al mismo sexo", pero ese será tema de otro post, ahora lo que me interesa es mostrar cómo invisibilizan la violencia hacia la población LGBTTTI, en el siguiente veremos que de plano se niegan a pronunciarse sobre ésta) publicaron el siguiente video y la siguiente explicación:

La tan mencionada y promocionada homofobia explicada en dos minutos. Conoce que SI es y que NO es una fobia.



En el canal en el que lo publicaron escribieron la siguiente descripción:

El Psicólogo Everardo Martinez Macías nos explica que es la homofobia. El término Homofobia, es usado por los defensores del LGTBIP para catalogar todos aquellos que están en contra de la ideología de genero o enfoque de género y como lo explica el psicólogo Everardo, la homofobia no se aplica a los que no comparten estas ideas de enfoque de género, igualdad de género, ideología de género, teoría querer, etc, etc. .

Contesté lo siguiente en la página facebook de la Clínica VenSer:


Me parece interesante su primer comentario: no permitir que alguien que no sea psicólogo o psiquiatra lo diagnostique, eso me parece bien. Es decir, se puede abusar del termino "homofobia".

Después dice que si alguien se paraliza o sale huyendo ante la presencia de un homosexual (amanerado, acota) entonces ese alguien sí es homofóbico. Entonces, usted acepta el uso del término, al menos, bajo ese supuesto.

Y termina diciendo que si alguien no tiene esa reacción pero que "disiente", no es homofóbico sino que es libre de hacerlo. Eso ya no está tan claro, ¿a qué se le llamaría disentir y hasta dónde sería sanamente disentir?

Me explico, lo que ya no menciona es la incomodidad y hasta la incomodidad agresiva ante los homosexuales o ante "las personas con atracción al mismo sexo" como usted les llama. ¿A eso sí se le puede llamar homofobia o no? Si me dice que no, ¿entonces cómo podría llamársele? Pongo como ejemplo (dejo el video en el siguiente comentario) las agresiones, por parte de una pareja heterosexual, hacia unas lesbianas en un establecimiento.

Y hay muchos ejemplos. 

Hay gente que dice que le molesta ver homosexuales. ¿Cómo debería ser llamada esa molestia sobre todo cuando va acompañada de agresiones?, ¿sólo disienten? 

Con "disentir" usted parece referirse a sólo decir que la atracción hacia el mismo sexo está mal, pero no dice nada de estos casos de violencia (al menos no en esa parte de su plática). ¿Qué lleva a una persona a reaccionar violentamente contra homosexuales, digo a reaccionar violentamente contra "personas con atracción al mismo sexo"? No soy ni psicólogo ni psiquiatra, pero ¿de verdad no tienen nada mal esas personas en sus cabezas?, ¿sólo disienten?

jueves, 19 de octubre de 2017

Editorial del No. 11 de Razonamientos (tercer trimestre de 1999).

El pensamiento humanista secular contemporáneo pretende rescatar los ideales de los librepensadores que desde el siglo pasado llevaron adelante una lucha intelectual en muchos países para liberar a las instituciones de gobierno, a la enseñanza pública y a la vida ordinaria de los ciudadanos de la influencia no solicitada de las religiones organizadas. Cada nación muestra una historia diferente y es así de mucho interés la historia de los librepensadores en Argentina, que en muchas formas es paralela a la de los hombres de la Reforma, en México, algo que reseña Hugo Estrella en este número. Pero ese humanismo, que ahora lucha por mantener esas conquistas, y sobre todo por hacer frente a los impulsos irracionalistas del posmodernismo -ahora dirigidos en contra de la misma ciencia a la que pretenden calificar como una mera estructura social-, necesita reconocer sus raíces. ¿De qué manera el humanismo Renacentista y cultural de los siglos anteriores al XIX se transforma en una lucha liberadora del pensamiento humano en contra de la opresión, el dogma y el pensamiento mágico? Eso requiere estudiarse en una buena visión histórica del desarrollo del humanismo y sobre todo de la aparición de una actitud humanista en lugar de una supernaturalista, como también lo describe aquí Francisco Camero.


Mario Bunge, ese incansable soldado de la razón, propone que esa actitud humanista vaya más allá del análisis y la proclama de los valores del raciocinio, sino que se vuelva más militante y se convierta en una posición de intolerancia en contra de la charlatanería intelectual y el razonamiento descuidado o prejuiciado, sobre todo si este asoma su fea oreja en el ámbito académico universitario. Hacerle frente a la anticiencia académica, basada siempre en la falacia dolosa, es una postura de defensa de nuestra civilización y de sus avances y de la posibilidad de que evolucionemos hacia una sociedad más libre y más justa. Es importante resaltar la conclusión de Bunge, quien nos recuerda que este ataque posmoderno contra la razón y la cultura moderna poco tiene que ver con la distinción entre izquierda y derecha. No se juzga la orientación política, sino la evaluación de la razón, la ciencia y el progreso.

El relativismo cultural, que se ha impuesto en algunas ciencias sociales, señala que no existe una verdad externa, en el mundo real, independiente de nuestras mentes y visión cultural, sino que todas las verdades que cada quien defienda son igualmente válidas. Con esa opinión no se puede hacer ciencia ni investigación ni juzgar los resultados de sistemas políticos que se saben irracionalistas, y que con toda mala fe se tratan de imponer al margen de análisis a la luz de la razón y la evidencia. Es necesario quitarle la máscara a quienes defienden este punto de vista como si fuera un caso de pluralismo cultural, y no un simple embuste utilitario.

Más sobre el humanismo secular aquí y aquí

domingo, 8 de octubre de 2017

¡He descubierto Z!

"¿Es usted 'forteano' y no lo sabe? Las ideas tienen una historia y no siempre la conocemos. En ocasiones es conveniente hacer un trabajo de introspección e investigar las razones detrás de nuestros pensamientos y de nuestra visión del mundo, los motivos por los que nos planteamos determinadas interrogantes y por los que consideramos válidas ciertas respuestas; también es importante examinar quiénes han sido nuestros maestros, aquellos que han influido en nosotros de forma directa o indirecta. Así, ¿cuántas de sus ideas, estimado lector, fueron planteadas originalmente por Charles Hoy Fort? A lo largo del presente trabajo Luis Ruiz Noguez le ayudará a descubrir si es usted forteano y hasta el momento no se había percatado de ello." 


Así comienza el prólogo que escribí para el libro ¡He descubierto Z! del ya mencionado Luis R. Noguez. Es el primero de muchos otros que está escribiendo Luis y que serán prologados por varios escépticos. Tres volúmenes de la Biblioteca Marcianitos Verdes estarán dedicados a Fort: uno -el presente- a su biografía, otro a la sociedad forteana y uno más a los fenómenos forteanos (lluvia de peces, de sangre, etc.). 

Clic aquí para leer el prólogo completo y la forma de adquirir el libro.

sábado, 7 de octubre de 2017

Backman contra el mundo

Hace varios meses vi un video en el que un hombre, que había ido a comer a un VIPS (en julio de 2015), denunciaba haber encontrado un remache metálico en su comida. Y no es que lo hubiera visto en su plato, el descubrimiento lo hizo al morder el remache junto con su ensalada. 




Ayer descubrí que se trata del mismo personaje que afirma predecir sismos mediante sus estudios de la actividad solar (y que supuestamente predijo el sismo del pasado 19 de septiembre en México): Alexander Backman. 



Pero Backman también dice que la Cofepris, la FDA (Food and Drug Administration) y diversas empresas que fabrican alimentos quieren matarnos. Claro que también vende artículos para "desintoxicar" el cuerpo, en otras palabras: advierte del peligro y vende la solución. De igual forma, asegura que usar teléfonos celulares y WiFi provoca cáncer. 





¿Habrá Backman inventado lo del remache en su comida? ¿Para qué inventaría algo así?, podría preguntarse alguien y recordé las palabras de Carl Sagan en El mundo y sus demonios, son del capítulo Sobre la distinción entre visiones verdaderas y falsas

¿Por qué la gente inventa historias de abducciones? ¿Por qué se presenta en programas de televisión con participación de público que se dedican a humillar sexualmente al «invitado»: la pasión de moda en el erial americano de la pequeña pantalla? Descubrir que uno es abducido por extraterrestres sirve al menos para romper la rutina cotidiana. Se consigue la atención de los demás, de los terapeutas e incluso de los medios de comunicación. Produce una sensación de descubrimiento, alegría, respeto. ¿Qué más podrá recordar uno a continuación? Empieza a creer que puede ser el precursor o incluso el instrumento de acontecimientos trascendentales que se precipitan hacia nosotros. Y no quiere decepcionar al terapeuta. Busca su aprobación. Creo que convertirse en abducido puede reportar buenas recompensas psíquicas. 

Con ánimo comparativo, podríamos pensar en casos de productos en mal estado que no generan el sentimiento de asombro que rodea a los ovnis y las abducciones por extraterrestres: alguien declara haber encontrado una jeringa hipodérmica en una lata de refresco. Como es comprensible, el asunto es preocupante. Se informa de ello en los periódicos y especialmente en las noticias de televisión. Pronto se produce un torrente, una epidemia virtual de informes similares en todo el país. Pero es muy difícil imaginar que pueda meterse una jeringa hipodérmica en una lata en la fábrica y en ninguno de los casos hay testigos presentes cuando se abre una lata intacta y se descubre dentro la jeringa. 

Lentamente va tomando consistencia la hipótesis de que se trata de imitadores. La gente simula encontrar jeringas en latas de refrescos. ¿Por qué? ¿Qué posibles motivos había? Algunos psiquiatras dicen que los principales motivos son la avaricia (denunciar al fabricante por daños), afán de atención y la necesidad de ser retratado como víctima. No hay terapeutas que insinúen que en realidad hay agujas en las latas y apremien a sus pacientes —sutil o directamente— a informar públicamente de la noticia. Además se imponen penas severas por desprestigiar un producto, e incluso por alegar falsamente que un producto ha sido manipulado. En cambio, hay terapeutas que animan a los abducidos a contar sus historias a audiencias masivas, y no hay multas por declarar falsamente haber sido abducido por un ovni. Sea cual sea la razón para emprender este camino, sin duda debe de ser mucho más satisfactorio convencer a los demás de que uno ha sido elegido por seres superiores para sus propósitos enigmáticos que de haber encontrado por mera casualidad una jeringa hipodérmica en un refresco. 


                  Imagen de la página Facebook "Alex 'sismos locos' Backman"

El asunto de Backman vs VIPS lo resolverán las leyes (al parecer presentó una queja ante la PROFECO). Sobre el malestar que supuestamente le causó escribe (en tercera persona): "Tras la mordida, Alexander Backman ha sufrido en su salud; desde una enfermedad gastrointestinal grave a problemas e infecciones de muelas. ¿Serán estos malestares producto de haber mordido y chupado este objeto extraño y oxidado en su boca mientras comía en VIPs en Julio, 2015?" 




Su lucha contra el mundo me hace sospechar que en realidad inventó la historia motivado, como escribió Sagan, por la avaricia (denunciar al establecimiento por daños), afán de atención (acrecentar su número de seguidores) y la necesidad de ser retratado como víctima o como un héroe que se enfrenta a los poderosos y que, además, busca protegernos a todos nosotros.