domingo, 6 de marzo de 2022

EXPERIENCIA DE UNA PERSONA PRIVADA DE SU LIBERTAD EN EL PENAL DE NEZA BORDO

En el año 2017, Excélsior TV mostró algunos reportajes acerca de las torturas y extorsiones que sufren quienes están privados de su libertad en el Centro preventivo y de readaptación social Nezahualcóyotl Bordo Xochiaca (ver aquí y aquí), también Imagen Noticias se refirió al tema (ver aquí)

"Ayúdame. Quiero hacer denuncia. Aquí torturan.", escribió en una hoja de cuaderno una persona privada de su libertad, el día que, en el mencionado penal, se aplicó la vacuna contra la Covid-19 (ver aquí). 
 
Hace algunos días, Noticieros Televisa mostró las extorsiones que en este lugar continúan sufriendo los reos y sus familiares y conocidos (ver aquí). Aquí el reportaje al respecto de Milenio Digital



Hace algunas semanas platiqué con Diego (nombre que utilizó para proteger su identidad), un hombre de 36 años que a finales de 2021 fue declarado inocente, por lo que pudo abandonar, después de un proceso que duró un año, el penal de Neza Bordo. Diego, sus familiares y conocidos vivieron las extorsiones que se mencionan en los reportajes señalados. En ocasiones el dinero se deposita en cuentas en Banco Azteca, Coppel y diversos bancos. Después de hacer el depósito, se envía por Whatsapp la imagen del tiquete en el que se ha anotado el pasillo, el módulo y el nombre de la persona privada de la libertad.  
 
Al final de la entrada está el audio de nuestra conversación. 



INFORMACIÓN SOBRE LA COVID-19 E INSUMOS PARA ENFRENTAR LA PANDEMIA 

A nivel internacional se debate el impacto de la pandemia del nuevo coronavirus en los centros penitenciarios. Miles de personas privadas de su libertad se han infectado y muchos de ellos han muerto. De igual manera, las prisiones son lugares de alto riesgo para quienes trabajan en ellas. 

¿Están preparadas las cárceles para enfrentar una epidemia como la de Covid-19?, ¿a qué desafíos tienen que hacer frente? ¿Qué sucede al respecto en nuestro país? 

A decir de Philipp Meissner, experto en reforma penitenciaria en la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito “Muchas prisiones no tienen suficiente espacio, alimentación y agua potable, acceso a artículos e instalaciones sanitarias decentes, ni ventilación adecuada en el alojamiento y las áreas de trabajo. Además, el acceso a equipos de protección personal, termómetros infrarrojos o capacidades de prueba específicas de COVID-19 es un desafío.”

 


México no es ajeno a estos problemas. Se tiene que hacer frente al hacinamiento y a la sobrepoblación en las cárceles, así como a la carencia de servicios médicos y de insumos que garanticen buenas condiciones de higiene y de salud. 

Diego me comentó que no se les brindaba información sobre la pandemia ni sobre las medidas de prevención. En cuanto a insumos para enfrentarla, dice que “hay un antes y un después.” Manifiesta que fue hasta julio de 2021 (siete meses después de su ingreso), cuando los contagios comenzaron a dispararse, que se les suministraron cubrebocas, a partir de entonces su uso fue obligatorio. 

En agosto o septiembre se comenzó a usar gel antibacterial y a “sanitizar” las celdas para evitar contagios. “Antes se hacía una limpieza normal (con agua y jabón), después se comenzó a rociar ozono y con un aspersor se echaba cloro en el piso, las paredes, las ventanas y las puertas de las celdas.” 

Diego cuenta que tuvo covid-19 en dos ocasiones. La primera vez comenzó a sentir mucha fatiga, tos muy fuerte con sangrado, dolor de cabeza terrible, “sentía como si me hubieran atropellado, temperatura muy alta, perdí el sentido del gusto, del olfato. Fue como identifique que me había enfermado. La primera vez no avisé a las autoridades porque en ese momento no había los insumos para atender a las personas. Lo único que hacían era aislarlos, meterlos a las íntimas, los cuartos donde se tienen las visitas conyugales, metían de a siete u ocho personas por celda, entonces estaba el riesgo, ¿no?, a lo mejor yo no lo tengo pero me van a meter ahí y entonces sí me voy a contagiar. En ese momento no se contaba con medicamentos, entonces mejor no dije nada.” 

Sobre las pruebas nos dijo que “sí llegaron pero nos las vendieron. Las pruebas llegaron gratis, pero nos las estaban vendiendo. La única prueba gratuita era la del oxímetro.” 

Diego dice que sus compañeros de celda también se enfermaron y decidieron no decirlo para no ser aislados y así no perder las visitas ni las audiencias. “Conseguimos medicamentos por fuera”, comenta. Agrega que hubo un caso en el que trasladaron al prisionero a un hospital (una vez recuperado regresó al centro penitenciario), sus familiares corrieron con los gastos, y algunos fallecimientos de personas privadas de su libertad y de custodios. 

Con respecto a las dos dosis de la vacuna, Diego comenta que toda la población las recibió. También nos comentó que para la segunda vez que se enfermó ya había medicamentos aunque no tanques de oxígeno, en caso de ser necesario, es la familia quien lo debe proporcionar. 


IMPORTANCIA DEL AGUA Y DE LA ALIMENTACIÓN PARA CONSERVAR LA SALUD 


El derecho humano al agua es indispensable para vivir de forma digna. A decir de Diego, las personas privadas de la libertad no disponen de un suministro de agua adecuado. En el módulo donde estuvo debían abastecerse 44 celdas, cada una con un número distinto de integrantes. “El agua no alcanzaba.” De igual forma, observamos que los familiares que las visitan, además de ropa, artículos de higiene personal (jabón, shampoo, detergente, etc.) y comida, les llevan agua embotellada, “una mamila por familia”. 

Sobre la alimentación nos dijo: “¿Es suficiente, para mantener sana a una persona, una cucharada de comida (guisado y frijoles)? Y eso si bien te va porque la comida no alcanza. Para ésta tienen prioridad las personas que están en las marraneras, es decir, las personas que están en una celda y que no tienen derecho a salir. Son los reincidentes. Si eres reincidente tienes pase directo a la marranera y de ahí te vas al pueblo. 

“Eran tres celdas de catorce, dieciséis y hasta veinte personas, y ya lo que quedaba se repartía en el pasillo uno y dos. Si bien te iba alcanzabas una cucharada de frijoles. El guisado pocas veces alcanzaba. En cuanto al menú no había queja, podía tocarte carne de puerco con verdolagas, pescado, pollo o gallina, pero la bronca es que alcanzara. Por eso las visitas tenían derecho a pasar dos guisados y arroz o frijoles, el problema es que el arroz con frijoles contaba como guisado, así que para meterlos aparte de los guisados había que sobornar a los custodios que reciben los alimentos. Para garantizar comida para los cinco días, el familiar que visita debía echarle más comida a la bolsita y darle más dinerito al custodio para que la dejara pasar.” 



VIOLACIÓN A LOS DERECHOS HUMANOS, SALUD MENTAL Y ADICCIONES 


Sobre la tortura y violación a los derechos humanos nos comentó que donde estuvo, “los derechos humanos se violan en todo momento. Te tienen sometido. También depende de qué tan tirano pueda llegar a ser el coordinador de cada módulo. Nosotros tuvimos un coordinador que en su momento nos dejaba practicar deporte, jugar, nos daba muchas libertades. No nos limitaban el agua. Pero el último coordinador no nos dejaba hacer ejercicio, por cualquier cosa nos mandaba a nuestras celdas. No te dejaba platicar en voz alta, te callaba y si no lo hacías, te pegaban. El ejercicio que nos ponían a hacer era más bien una tortura. ¿Cuál es el beneficio de estar dos horas haciendo ‘patitos’ (caminando en cuclillas)?, ¿en qué te beneficia? En nada. Solamente te vas a fregar las rodillas. En su momento, la directora lo vio y dijo que ya no se hicieran ese tipo de ejercicios. Sin embargo, se seguían haciendo cuando ella no estaba.” 



La Comisión Nacional de Derechos Humanos realiza inspecciones a los centros de reclusión con el objetivo de supervisar el respeto de los derechos fundamentales de quienes se encuentran en estos lugares, los resultados pueden consultarse en el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria (DNSP). Sin embargo, Diego nos dijo que “Para quienes están dentro es prácticamente imposible denunciar las violaciones a los derechos humanos. Cuando iban de Derechos Humanos y de Secretaría de Salud ya teníamos el guion bien aprendido: No pagamos nada, no se nos violenta, tenemos todos los derechos y comemos muy rico todos los días.” 

Las condiciones en las que viven quienes se encuentran privados de su libertad tienen un impacto psicológico en ellos. “Me tocó ver cuatro ahorcados y tres personas que se cortaron las venas. Yo trabajaba y lloraba para manejar la ansiedad y el miedo. Pero también me metí ‘perico’. La mota es lo que más se consume, el perico es más caro.” 



El DNSP de 2019 mostró una insuficiencia de programas para la prevención de adicciones y desintoxicación voluntaria.

 

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