jueves, 16 de febrero de 2012

EL CASO PUEBLA (tercera parte)

Luis Ruiz Noguez

EN LA SIERRA

Tateno es un pueblo distante unos 18 kilómetros al Norte de Libres. Se encuentra justamente al borde de la sierra. A Tateno se puede llegar únicamente por una estrecha carretera de tierra y fango que hace sumamente complicado el transporte. En este punto comenzó la expedición de Contactos Extraterrestres. Nuevamente cederemos la pluma al indómito Héctor Chavarría, un curioso escritor de ciencia ficción mezcla entre Indiana Jones y Allen Hynek. Héctor recuerda de esta manera los sucesos:

Los habitantes de Tateno nos recomendaron llevar como guía a Epifanio Hernández, de quien se decía que había estado dos veces en el sitio en que había caído el OVNI; cuando nos entrevistamos con Epifanio, nos contó que había ido dos veces a buscar el aparato pero no lo había encontrado por ninguna parte. Con Epifanio como guía, la expedición emprendió el rumbo al cerro de las Tres Cruces y comenzó a descender por los tremendos barrancos de la sierra. El paso era pausado y lento, lo accidentado del terreno hizo que el burro que llevaba nuestro equipo y las provisiones tropezara varias veces no cayendo al barranco gracias a la fortuna. Después de más de una hora de camino, llegamos a San Andrés Tepexoxuca en donde no encontramos ninguna persona que nos pudiera informar sobre el OVNI.

Seguimos adelante atravesando cañadas y desfiladeros hasta llegar a Huixcolotla, lugar en donde numerosos grupos de curiosos y turistas buscaban información sobre el lugar en que había aterrizado el aparato. La mejor información que se pudo obtener ahí era que desde lejos se podía observar el aparato enterrado en la tierra, pero el informante lo sabía porque lo había oído, no porque lo hubiera visto.

La expedición prosiguió su ruta hasta llegar a Xonacatlán y de ahí continuó hasta Zaragoza, que es la población más cercana a Tres Cruces. Al llegar a Zaragoza, la tarde empezaba a caer y decidimos montar el campamento y tratar de obtener información de los habitantes. Las informaciones fueron en cierta forma decepcionantes. Se había observado al objeto luminoso cuando cruzaba el cielo, pero nadie lo había visto caer y no se conocía el posible lugar del aterrizaje. La escasa población de Zaragoza (40 personas) se mostró un tanto reacia y hostil a colaborar con la expedición de Contactos Extraterrestres.




En otra ocasión Chavarría puntualizaría lo que quiso decir con “reacia y hostil”. Esta es su historia:

Latapí y yo penetramos la sierra por Tateno y no salimos de ellas hasta una semana después y cada quien solo y por distinto lugar para cubrir más terreno. En el curso de aquella expedición fuimos rodeados por los habitantes de Zaragoza, machete en mano, quienes deseaban saber –exigían sería más correcto- quiénes éramos, qué queríamos y si éramos católicos, la última interrogante fue la primera pregunta hecha con acento y mirada de habitantes de Canoa. Hasta la fecha creo que nos salvó el hecho de haber preguntado antes el nombre del cura de la aldea más próxima, haber oído ostensiblemente la misa dominical y el traer lo bastante visibles sendos escapularios guadalupanos como escudo contra el conocido fanatismo serrano. De cualquier manera tuvimos que soportar los altavoces del pueblo que advertían de nuestra llegada –como si no lo supieran- a los habitantes y, los cuales, sólo pudimos acallar después de ir a la cantina e invitar rondas –y aguantar otras más- de refino, el aguardiente de la sierra que parece ser explosivo plástico líquido y que hace ver extraterrestres a la tercera o cuarta copa; se bebe solo, como si fuera tequila y es el equivalente mexica del fuego líquido griego...


¿FUE EL REFINO EL ORIGEN DE LAS LEYENDAS?

Seguramente un exceso de refino originó las declaraciones de los serranos respecto a que los extraterrestres (provenientes del OVNI caído) habían jugado con ellos un partido de futbol; que se habían comido varias vacas y al compadre de alguien; que habían secuestrado a una antropóloga [6] gringa que después no quiso abandonar la “nave” convencida de las ventajas del sexo extraterrestre; que los helicópteros de la Nacional de Aceros, S.A. (NASA) eran vistos todos los días –nosotros no vimos ninguno- y que sus pilotos chinos (sic) eran competentes bebedores de refino del cual se había llevado grandes cantidades para vender en Japón (sic) y a los que también les gustaba el futbol.

Relatos obviamente muy divertidos y también obviamente ficticios aunque el periódico La Prensa diera por buenos algunos de ellos... pero los machetes en Zaragoza nos hicieron recordar que estábamos en la sierra, lejos de cualquier ciudad o autoridad y que, fácilmente podíamos “desaparecer” no precisamente secuestrados por un OVNI. Estas cosas ocurren. Remember Canoa...

A lo largo de la investigación, además de saturaciones de adrenalina como la de Zaragoza, encontramos a la fauna más variada que uno pueda imaginarse... Ruani un contactado nos enviaba mensajes a la redacción, diciendo que el OVNI de Puebla estaba oculto en el D.F.; un tlaxcalteca “piloto” de avioneta y “guía” de montaña, que ignoraba qué era un horizonte artificial, se perdía usando brújula y desconocía lo que era un piolet...



Como el área a investigar era muy grande y el tiempo y los recursos económicos eran escasos, los ufólogos exploradores decidieron separase para, de esa manera, poder abarcar el máximo terreno posible. Se decidió partir al amanecer.

El camino que siguió una de las partes hacia El Mirador fue de constante subida. De hecho, todos los caminos que salen de la población de Zaragoza son elevadas pendientes que hacen que el desplazamiento sea sumamente difícil. En el camino al mirador se trató de recabar el mayor número de datos, ya que era uno de los centros de rumores de toda la sierra. La información que se obtuvo fue la misma. Habían visto el objeto luminoso pero nadie sabía con certeza dónde había caído.

La parte restante de la expedición emprendió el arduo camino a Tres Cruces. La vereda representaba el camino más empinado que habíamos recorrido y costó mucho trabajo llegar a la cumbre. Una vez ahí nos entrevistamos con los habitantes del lugar y nadie sabía qué había ocurrido con el OVNI. De una cosa estaban seguros: en Tres Cruces no había caído nada.


Una señora de nombre Margarita Hernández declaró a los expedicionarios:

Por aquí pasó el objeto ese; iba muy rápido y parecía que bajaba. Iba echando chispas y se oía un ruido como si se fuera quemando, después se perdió detrás de los cerros rumbo a San Francisco y se oyó una explosión.

Tratamos de obtener más información –continúa Chavarría-, pero nuestro esfuerzo fue en vano, nadie sabía nada. Pudimos confirmar la noticia de que aviones del Ejército y varios helicópteros extranjeros habían sobrevolado el área en busca del OVNI. La señora Hernández nos dijo:

“¿Cómo quieren que nosotros encontremos el aparato?, ya vinieron los señores esos de la NASA con sus helicópetors y muchos paratos y no pudieron encontrar nada, nosotros con lo que tenemos no lo podríamos hallar nunca.”



“PUROS CHISMES ESO DE LOS MARCIANOS”

Abandonamos Tres Cruces con la esperanza de encontrar algo positivo más adelante. El camino continuaba en bajadas y subidas que se repetían constantemente hasta llegar a uno de los pueblos más elevados de la sierra: Analco. En esta población no encontramos gente que pudiera informarnos sobre el OVNI, por lo que seguimos nuestro camino rumbo a San Francisco Ixtacamaxtitlán. En la ruta encontramos a varias personas que nos comentaron que no habían visto el aparato caer y que no sabían donde podía estar. Una señora que cortaba algunas ramas con un machete y que no quiso dar su nombre nos dijo:

“Ha venido mucha gente buscando el aparato, han entrado por todas partes: por Huixcolotla, por Xonacatlán y hasta por Texohizpan, pero no han encontrado nada, yo pienso que son puros chismes eso de que unos marcianos cayeron por estos rumbos. Lo único que dicen haber visto es un lugar en la boca de una cañada que está quemado como si algo muy caliente hubiera pasado por encima, pero casi nadie ha llegado hasta allá porque está muy duro el camino y son como cuatro horas caminando”.

Posiblemente nos encontrábamos ante un nuevo rumor –escribió Héctor Chavarría-, pero nada perdíamos con tratar de llegar a ese lugar o investigar las posibilidades de que se tratara del lugar del aterrizaje.

La información era correcta, había un lugar quemado y se encontraba a tres horas de camino de San Francisco. La zona quemada está situada en la parte superior de una cañada y tiene la forma de un ancho canal cubierto con arbustos y plantas que en su mayoría se encuentran chamuscados en l aparte superior. Tratamos de bajar al fondo de la cañada pero las paredes casi verticales y resbalosas dificultaban el acceso. Conforme bajamos iban desapareciendo los arbustos quemados y cuando llegamos abajo no encontramos ninguna huella de impacto o de que algún objeto se hubiera posado ahí. Creímos haber encontrado el lugar del aterrizaje pero resultaba extraño que sólo hubiera una parte quemada como algo hubiera simplemente rozado el suelo elevándose inmediatamente.

Abandonamos la cañada y finalmente llegamos a San Francisco Ixtacamaxtitlán, donde nos informaron que el lugar quemado en la sierra que habíamos visto se debía a que hace tres años, el tres de mayo, un incendio arrasó la parte alta de la sierra; muchas de las plantas quemadas aún no han podido regenerarse del todo y es por eso que aparecen quemadas en su parte superior. En San Francisco también nos informaron que eran muy numerosos los grupos de personas que buscaban el OVNI; incluso se había registrado un accidente automovilístico en el que habían muerto cuatro personas. Por San Francisco también sobrevolaron los helicópteros de la NASA y pasaron varios camiones de soldados que buscaban al OVNI. Una comisión, al parecer japonesa [7], había pasado unas semanas antes por la localidad en busca de información.



Otro informante que no quiso dar su nombre agregó:

El objeto que salió tan rápido que pareció que se estrellaba contra la punta de algún cerro y de pronto echó una lucecita para arriba que se perdió en el cielo. Luego se oyó la explosión como un tronido de lluvia y el suelo se movió como un temblor.


EL EJERCITO Y LA NASA

Respecto a la presencia del Ejercito en la zona, las versiones eran también contradictorias. Se dijo que un pelotón llegó casi de inmediato y acordonó la zona; algunos curiosos aseguraron que no los dejaron pasar y que destruyeron sus cámaras fotográficas. Sin embargo, los reporteros de Contactos Extraterrestres no vieron nada parecido.

Extraoficialmente se dijo que un destacamento del Ejército estuvo allí y “peinó” la zona en busca del objeto que los lugareños aseguraban había caído, sólo que no se encontró absolutamente nada. Pero esto sólo contribuyó a multiplicar los rumores sobre la razón de los militares en el lugar.

Ahora bien, en relación a esto hay un dato proveniente del Presidente Municipal de Libres, el señor Francisco Zorrilla. En declaraciones a varios periódicos, el señor Zorrilla aseguró que el destacamento militar se presentó en la sierra porque los operadores de radar de la zona militar de Puebla detectaron la señal de un objeto extraño.

Hablé con algunos elementos del Ejército –dijo Zorrilla-, y ellos me dijeron que sus superiores les habían comunicado que el radar captó, en la fecha señalada por los campesinos, un satélite que cayó al mar.

A este respecto los investigadores de Contactos Extraterrestres escribieron:

Aunque nuestros esfuerzos por obtener información del Ejército han sido inútiles, la declaración anterior puede considerarse como una versión casi oficial, y desde luego dicha versión ha provocado otra oleada de rumores acerca de que el objeto era un satélite norteamericano o un fragmento de cohete [8]. Se dice también, a partir de esta versión, que elementos de la NASA llegaron en helicópteros y, ayudados por el Ejército Mexicano, rescataron el objeto.


Las historias sobre la presencia del Ejército, fueran ciertas o no [9], habían arraigado en la mente de los habitantes de esa región. Lo mismo había ocurrido con la versión de la presencia de personal de la NASA. A lo anterior contribuyó, muy probablemente, que en un noticiario televisado se diera por oficial la noticia de que un grupo de técnicos de la NASA había estado en Puebla buscando “algo” con la ayuda de un helicóptero. Por eso mucha gente hablaba de “astronautas”, no sólo en relación a los supuestos tripulantes del OVNI. Una vecina de Analco les preguntó a Latapí y a Chavarría:

“¿Son ustedes los astronautas que vienen por su pedazo?”

Indagaciones posteriores sobre la presencia de técnicos de la NASA en la sierra de Puebla no desmintieron esa noticia, pero tampoco la confirmaron [10].

[6] En otra versión hablaba de una arqueóloga.
[7] Tal vez a esta comisión se referían los vecinos de Zaragoza que afirmaron que "unos pilotos chinos se habían llevado varios litros de refino para vender en Japón".
[8] Tan lejos y tan cerca. En ese entonces Héctor Chavarría rozó, sin darse cuenta, la verdadera explicación del Caso Puebla.
[9] De todas formas, ya fuera un objeto extraterrestre o no, el Ejército Mexicano tenía la obligación de estar presente e investigar el asunto para salvaguardar la integridad de los residentes de aquellas regiones.
[10] Aunque no tendría nada de raro su presencia si se trataba, como veremos, de recuperar los restos de un objeto cuya tecnología pertenecía a una potencia antagónica.



Continuará...

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1 comentario:

  1. Hola. Muy interesante.
    Soy de Puebla pero vivo en Libres, y mi papa como es medico desde 1970, el observo carros del ejerció y una especie de esfera que la NASA coloco en oriental. Como me gusta salir a dar la vuelta y tomar fotos, buscando donde ir, me encontré con Huixcolotla, y llegue a tu blog. Y en recientes narraciones (no pasa de 7 años) y no muy lejos de ahí, la gente observo a científicos alemanes con instrumentos “grandes y raros” dique buscando una mina. Por lo que incremento mi curiosidad por buscar que tiene que ver, las camionetas que vi del SGM “Servicio Geológico Mexicano” los alemanes, y ese suceso. Quizá nada estén relacionados pero ya sabrás que la curiosidad mato al gato. Y por Pedernales, (todo te hablo de esta región) que PEMEX perforo un pozo y ahí dejo el tubo. (Narraciones de habitantes de pedernales).
    Y en mi búsqueda de otros lugares, un amiga me llevo a una zona arqueológica que está en la Cañada Libres. Si gustas te mando el enlace a mi galería de la zona.
    En lo personal, Tepeyahualco, Cantona, Libres, Ixtacamaxtitlan son zonas con un alto contenido histórico. Que pocas personas saben y conocen.

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