viernes, 19 de junio de 2015

Una tarde mágica

En mi adolescencia leí todos los libros que Editorial Posada le publicó a Salvador Freixedo: Mi iglesia duerme; ¿Por qué agoniza el cristianismo?; Cristianismo, un mito más; Interpelación a Jesús de Nazaret; Ellos, los dueños invisibles de este mundo; Israel, pueblo contacto; El diabólico inconsciente; La religión entre la parapsicología y los ovnis; Defendámonos de los dioses; La amenaza extraterrestre y Los hijos de la nueva era. También leí el libro sobre contactados que le publicó Fernando Jiménez del Oso en la biblioteca Espacio y Tiempo. De igual forma, leí los artículos que Jiménez del Oso le publicó en sus revistas. 

Hoy es el aniversario luctuoso del cronista mexicano Carlos Monsiváis, quien falleció en el año 2010. Lo "paranormal" y el ex jesuita Freixedo tuvieron un espacio en Los rituales del caos del mencionado Monsiváis:

Nadie sabe nada, brillamos un momento


El Jehová de que habla la Biblia era un guerrillero extraterrestre 
que se encaprichó con el pueblo judío y le ayudó a 
descalabrar a los palestinos de entonces, amorreos y filisteos, 
que no habían cometido más pecado que el de llegar a Palestina 
antes que los judíos. Inclusive hoy aquel guerrillero sigue 
matando filisteos en forma de palestinos, para ayudar a los 
judíos. SI que existió aquel Jehová, así también existió Júpiter, 
otro señor extraterrestre que se encaprichó con otro 
pueblo terrícola... En cuanto a mi incontinencia sexual, en ese 
terreno que es un problema mío y de mi testosterona, yo me 
entiendo directamente con Dios.

Exjesuita Salvador Freixedo, 
Presidente del Instituto de Estudios del Fenómeno 
Paranormal y organizador de la Primera Exposición de 
Ritos, Ceremonias y Artesanías Mágicas. Entrevistado 
por Dino Monterrojo en Contenido, abril de 1978.



En el museo "Erasmo Castellanos Quinto" de Santiago Tuxtla, una exposición de artesanías mágicas. Cien pesos la entrada a las conferencias. Inicia el ciclo Salvador Freixedo, español de cincuenta y cinco años, director de una agencia de viajes (terrestres), autor y conferenciante prolífico. Su voz es de predicador ciertamente pero de parroquia solvente con feligreses ansiosos de sermones de altura, nada de padrecitos Ripalda y el tamaño pecaminoso de las faldas, queremos teorías nuevas y atrevidas, lo posconciliar a ritmo de WHAMM!!! El sermón de Freixedo es de una modulación ejemplar, él informa y sugiere y súbitamente la voz se encrespa y amenaza con el fuego eterno de la ignorancia... y se devuelve a los mismos gozos elocuentes:

—Religión y magia son la misma cosa. La religión ha tratado de racionalizar el misterio. Antes le tenía yo miedo al más allá. Hoy ya no le tengo porque he descubierto que soy una torre de vida. Y esa torre de vida está hecha igual que un pedrusco, con neutrones, protones, agua... Nadie sabe nada. Brillamos un momento. Y ese momento nos exige que evolucionemos. En el nivel racional, moral y estático...

Lo escuchan cerca de trescientas personas, muy probablemente devotos de la energía consciente, gente enterada de lo que quiere decir Noética o Psicokinesis, lectores de noticias sobre sueños precognoscitivos y bilocación (personas que se ven en dos lugares al mismo tiempo, qué útil para las elecciones). Ya en noviembre de 1977, Freixedo coordinó el Primer Congreso Internacional del Fenómeno Paranormal en el hotel María Isabel del Distrito Federal ("Económicamente un fracaso", aunque hubo dos mil asistentes, setenta y cinco ponentes y más de veinte psíquicos. "Negocio, puro negocio", informaron Judyth de León y Alicia Gutiérrez en la revista Duda).



—Ya lo dijo Nostradamus: Todo está escrito. La ciencia se echa para atrás... Hace poco el locutor Juan López Moctezuma atacó a una niña psíquica en el programa de Guillermo Ochoa y dijo que todos los parapsicólogos son unos farsantes. Y yo le hubiera dicho que farsante rima con pedante... Nunca se puede convertir a nadie si no quiere ser convertido.

Freixedo habla con diligencia. No es un gran orador y sus dones improvisatorios son más bien discretos pero su táctica es convincente: "No soy un charlista fenomenal, pero ustedes tampoco son oyentes excepcionales; esta señora, por ejemplo, se distrajo hace un momento pensando en el diálogo con las inteligencias supralumínicas". Y prosigue:

—Se descubre ahora que el curanderismo tiene un origen puramente físico. Es el aura de la mano normal. Los chorros van para adentro y curan lo que tienen que curar, se dirigen a donde tienen que ir. Es el Dios Universo... (Mi Iglesia duerme. Todos estos estudios paranormales son una terrible amenaza para la religión tradicional. Pueden destruirla... El hombre actual no puede aceptar un Dios estático como el de los cristianos y judíos, que es limitado, exclusivo de este planeta, siendo que no tiene límite el número de las galaxias del Universo.)



Freixedo concluye y se invita a los presentes a contemplar el dormidero de las garzas. De los diálogos de los asistentes derivo, con la formalidad pertinente, un aforismo: hay que dejar de creer para volver a creer. En donde menos se espera se oye hablar con autoridad de íncubos y súcubos, telekinesis, telepatía, teleportación, clarividencia, levitación por correspondencia, materializaciones, desmaterializaciones. De Cagliostro a Uri GeIler, de las tinajas hipnotizadoras a la exhibición de maestría en televisión.



Se presenta a una niña psíquica. Su ayudante (y progenitor) declara con modestia: "No es una niña prodigio". Tiene once años de edad. Al fondo, un conjunto veracruzano canta:

Me agarra la bruja, me lleva a su casa 
me vuelve maceta y una calabaza. 
Y dígame y dígame y dígame usted 
¿Cuántas criaturitas se ha chupado usted?

De algún modo, la canción no parece muy apropiada.

—Nuestro quijotismo nos hace seguir más adelante. No presentamos un show. La niña está en el nivel Alfa. Por lo tanto sólo la descontrola el ataque directo.

La aludida no se inmuta. Acepta complacida el algodón y el vendaje en los ojos. Las señoras entregan fotos, tarjetas, cartas para que ella demuestre su ESP. La niña se lleva el objeto a la frente y allí lo oprime unos instantes.

—Es un billete de lotería... 37495. —Te falló un número, es 37496...

La niña psíquica continúa adivinando fotos, credenciales, libros.

—Es un libro de pasta amarilla... Se llama El vendedor más grande del mundo... Su autor es... Og Mandino. El aplauso es convicto y confeso: la niña posee, sin lugar a duda alguna de los presentes, percepciones extrasensoriales.

—Yo creo que no es videncia, es telepatía —me comunica drásticamente un reportero.

La niña responde a un interrogatorio candoroso: "Mi mente reacciona natural". El público abandona la sala para regresar a los stands y las curaciones y limpias. A Freixedo lo rodea un coro de partidarias. Un erudito explica la técnica del pizarrón negro de Uri Geller. Una señora, elegantemente vestida, se interesa en las posibilidades de diagnóstico Áurico...



La tarde es —si el adjetivo todavía vale— mágica. Es preciso convencer al turismo de los atractivos de la región de Los Tuxtlas.

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