Héctor Escobar Sotomayor
Una manera de acercarnos de manera seria al fenómeno OVNI consiste en la investigación de casos con elevado índice de extrañeza y credibilidad; es decir, aquellos casos que proporcionen una gran cantidad de posibles pruebas, o que por las condiciones especiales, muy difícilmente provoquen confusiones y que además, la calidad moral de los testigos haga muy difícil suponer que se trate de un fraude.
El aterrizaje de Toluca
El día 26 de marzo de 1977 en la ciudad de Toluca, Estado de México, ocurrió uno de los avistamientos más interesantes de los que se tiene memoria en México.
Las referencias a este caso son fundamentalmente las notas de prensa del periódico El Sol de Toluca con fecha 27 de marzo "Tormenta de arena en Toluca"; del día 28 "A cien metros vieron el OVNI tres estudiantes" y del día 29 "Cuatro estudiantes de leyes también observaron el OVNI".
El aterrizaje fue investigado de primera mano por Pablo Latapí Ortega, quien publicó un artículo con los pormenores del caso en Contactos Extraterrestres No. 36, titulado "Aterrizaje en medio de una tolvanera". También fue investigado por Fernando Téllez, quien lo divulgó en el extranjero en la desaparecida revista ufológica española "STENDEK" No. 34, con el título "Aterrizaje en Toluca, México".
El domingo 26 de marzo, los jóvenes Alfredo Bernal, Alfredo Reynoso, Salvador Serrano y José Brito Ayar se encontraban esa tarde, aproximadamente a las 18:00, dando un paseo por la alameda central de Toluca. De pronto se desató una tolvanera que los obligó a subir al coche propiedad de Serrano. Entonces decidieron dar una vuelta por la ciudad. Ya en las afueras apagaron el coche y pudieron ver una enorme nube de polvo sobre la ciudad, a la vez se desataba una fuerte lluvia.
Iban por el camino cuando, al mirar hacia atrás, Salvador se percató de la presencia de un resplandor rojo detrás de una loma. Primeramente, Serrano pensó que se trataba de una patrulla de la policía. En estos momentos el radio del automóvil dejó de funcionar, y Serrano llamó la atención de sus amigos sobre la luz. Al voltear se percataron que se trataba de un extraño objeto que flotaba en el aire. Dado el viento y el polvo resultaba difícil verlo con claridad.
El objeto tenía un tamaño similar al de un autobús y su forma era de una media esfera con el lado plano hacia abajo, era cromado y en su parte superior poseía una cúpula roja muy luminosa; junto a esta cúpula había muchas líneas azules y en el centro de ella una línea vertical conformada por un círculo del mismo color brillante. En la cubierta del objeto se podían ver varias rayas horizontales color cobre y además eran visibles dos patas que parecían no apoyarse en el suelo. En la parte inferior del mismo se veían claramente dos chorros de fuego. En la parte superior había una antena muy larga (siete metros o más, según los testigos).
El objeto estuvo en el lugar aproximadamente unos 7 minutos y emitía un sonido como el de los Jet car (sic). Antes de alejarse, empezó a girar sobre su eje a gran velocidad, a la vez que emitía un zumbido. En estos momentos, el viento aumentó su intensidad y el objeto se elevó y se perdió en el cielo. Momentos después, la tolvanera cesó.
Al irse el objeto, los jóvenes decidieron acercarse al lugar y ya en éste, encontraron que el suelo se encontraba caliente y que había dos circunferencias de terreno quemado, así como gran cantidad de pequeños cables chamuscados.
Mientras esto ocurría, en la ciudad de Toluca, el objeto era visto por alguien más. En esos momentos, el Sr. Francisco García se encontraba en el interior de su casa cuando inició la tolvanera y decidió subir al segundo piso para ver desde la ventana. En esos momentos se produjo una falla en la energía eléctrica. El ingeniero se dirigía al piso superior, cuando su esposa le dijo que en un cerro cercano llamado "La Pedrera", había un resplandor muy intenso. Al llegar a la ventana, extrañado por la luminosidad que se percibía a lo lejos, el Sr. García decidió ir por un teodolito para ver qué causaba ese resplandor. García se encontraba desempacando el aparato, cuando su esposa le avisó que un objeto resplandeciente se estaba elevando. García subió rápidamente las escaleras y con ayuda del teodolito, pudo ver un objeto en forma de trompo con una gran luz blanca y roja. La parte inferior no se distinguía claramente porque había mucho polvo y humo.
Simultáneamente, el objeto era visto por otro grupo de jóvenes, esta vez Arturo Trujillo Iniestra, Raúl Silva Loaeza, Juan Manuel Jiménez y Jorge Pérez Esquivel. El grupo de jóvenes se dirigía a Toluca provenientes de Ixtlahuaca, cuando pudieron ver sobre el cerro de "La Pedrera" un objeto luminoso que despedía fuego "Como un cohete a Cabo Kennedy" (sic). Agregaron que el objeto permaneció estático durante algunos minutos, desprendiendo gran luminosidad y fuego por su parte inferior. Al parecer los estudiantes lograron fotografiar el objeto pero, según informaron, el rollo salió velado.
Las características de las huellas corresponden a dos circunferencias irregulares de terreno quemado. La mayor de 1.8 m y la menor de 1.7 m de diámetro. Ambas están separadas por un espacio de 70 cm.
Los análisis de terreno no mostraron ninguna anormalidad, en tanto los alambritos, resultaron ser pedazos de cable telefónico. Probablemente estos últimos ya se encontraban en el lugar en el momento del aterrizaje.
De lo anterior se desprende que el caso Toluca es un caso muy interesante por contar con tres grupos de testigos independientes, pero que, desgraciadamente no ofrece mayores pruebas que las huellas de las cuales no se pudo determinar nada especialmente extraño o llamativo.
Fragmento tomado del libro 500 Años de OVNIs en México II.
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